Si viviera Violeta Parra, estaría muy complacida con el retorno que se ha producido en los últimos meses, de la Nueva Canción Chilena. Ha tenido una amplia difusión en las radios; los canales de televisión han recordado profusamente el sonido de hace unas cuántas décadas, sobre todo de aquellos años en que el arte y la cultura chilena tuvieron su máximo apogeo: eran los años de la Unidad Popular, los años de Salvador Allende...

Parece increíble, pero a 30 años del sangriento golpe de Estado, han retornado con mayor fuerza los temas musicales de entonces, en voces inmortales de grupos como Inti-Illimani, Quilapayún, Los Jaivas, Víctor Jara... Y se escuchan cada vez más las voces de folkloristas tan notables como Ángel e Isabel Parra. Olvidados por un largo tiempo de los medios, hoy han retornado en gloria y majestad, como si sólo se hubiese abierto un paréntesis en el más negro capítulo de la historia de Chile.

Junto con “abrirse las amplias alamedas”, como lo dijera Salvador Allende en su último discurso antes de morir en el Palacio de La Moneda aquel aciago 11 de septiembre de 1973, hoy se han abierto los corazones y los gustos a la música folklórica de entonces, cuando se aplaudía lo nuestro, se admiraba nuestro rico folklore musical y se valoraba nuestra propia identidad.

Tras el golpe de 1973, el folklore chileno tuvo que emigrar a otras regiones, a otros confines, a otros continentes que le abrieron sus brazos, partir a cientos de países que acogieron nuestra música entonada en medio del dolor y la desesperanza. Pero este folklore no murió. Perduró en el espacio y en el tiempo, a pesar de las torturas y la sangre vertida. Es que la identidad de un pueblo es más fuerte que el horror y el poder de las armas.

No es un capricho que se recuerde, además, aquella memorable noche en que Bob Dylan le cantó a Salvador Allende, en un emotivo show organizado en el Madison Square Garden, donde Dylan compartió el escenario con los Beach Boys, Dennis Hopper, y la actual diputada Isabel Allende, noche en que se brindó con vino chileno por el fallecido Presidente Allende, además de cantar en homenaje al torturado y asesinado Víctor Jara.

No es casualidad que se hayan dado cita para actuar en el Estadio Nacional, el 5 y 6 de septiembre, en un gran homenaje a los 30 años de la muerte de Salvador y de tantos chilenos que lucharon por sus ideales. Allí, presentes figuras como Silvio Rodríguez, Pedro Aznar, César Isella, Los Prisioneros, Beto Cuevas, Daniela Mercury, León Gieco, Quilapayún, Víctor Heredia, Daniel Viglietti, Julieta Venegas, Patricio Manns... La lista es larga...

Un emotivo homenaje para no perder las raíces con nuestra historia y nuestros valores, para no perder nuestra identidad, nuestros dolores del pasado y asimilar y aprender de los errores cometidos... para que en Chile horrores como estos no se repitan ¡nunca más!

¡El arte y la música de los pueblos son inmortales!