Tradiciones
chilenas:
La
invaluable herencia mapuche
Conozca
la cultura autóctona más numerosa de
Chile. |
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El
mapuche, es un pueblo que ha conservado sus juegos, fiestas,
trajes, comida, lo que le ha dado a una amplia zona del
sur de nuestro país un carácter único
e increíblemente atractivo.
De
entre la generosa naturaleza de Chile, la zona de la Araucanía
tiene un carácter y un encanto especial. Y esto ocurre
porque esta zona es habitada hace más de 700 años
por los mapuches, un pueblo que forjó una leyenda
conocida por el mundo entero con su porfiada y heroica resistencia
ante la conquista española.
Ese
mismo pueblo de feroces guerreros se integró definitivamente
al estado de Chile en el siglo XIX, y son parte de nuestro
país como uno de sus principales tesoros culturales.
Los
mapuches son cerca de 600 mil personas, constituyéndose
en el 87% de los ciudadanos chilenos pertenecientes a los
pueblos originarios. Conservan buena parte de su particular
y colorida cultura, la que se expresa de las más
diversas maneras: todavía juegan a la ‘chueca',
un deporte parecido al hockey sobre césped; conservan
sus preciosos trabajos de platería, así como
sus tejidos blancos, negros y rojos con sus característicos
motivos geométricos.
El
sonido monótono y solemne de la música tradicional
mapuche suena con mayor fuerza en sus celebraciones religiosas.
Una de ellas es “nguillatún”, ceremonia
en la que piden a los dioses para que envíe la lluvia
y otras dádivas para su pueblo. Se realiza durante
tres días alrededor de un lugar llamado “rewe”
cada tres o cuatro años según las necesidades
de la comunidad.
Otra
fiesta importante es el “machitún” o
ceremonia de curación presidida por la Machi, la
persona consagrada por los dioses para luchar contra el
mal. En esta ceremonia se identifican y se sanan enfermedades
de diversa naturaleza mediante el canto y las hierbas entre
otras técnicas.
Estas
ceremonias son posibles porque muchos de los mapuches de
Chile hablan el mapudungún, lengua tradicional de
los mapuches y que se enseña en muchas de las escuelas
de la zona. La lengua se usa para comunicarse, para realizar
los ritos ancestrales y también hay poetas mapuches
que escriben su obra en esa lengua.
Definitivamente
la lengua y la cultura mapuches están vivas, sólo
falta animarse a conocerla en todas sus fascinantes facetas.
(Fuente: VisitChile)
ARTE Y CULTURA MAPUCHES
Sólo
conociendo y rescatando la tradición artística
y cultural mapuche, se podrá valorar y apreciar su
real aporte a la humanidad, con sus diversas expresiones
estéticas y culturales contemporáneas.
EL
CONCEPTO DE RELIGION
El
siguiente documento es parte de un trabajo mayor de Ramón
Curivil, autor del denominado "Los cambios culturales
y los procesos de re-etnificación entre los mapuches
urbanos".
En
la sociedad mapuche, sea tanto del sector rural como urbano,
lo religioso es la columna vertebral de la cultura, y es
el único elemento que hasta el día de hoy
se mantiene con una cierta autonomía, en el sentido
de que los actores religiosos propiamente tales, tienen
el control de los diferentes ritos y celebraciones, donde
hasta el momento los diversos agentes sociales y pastorales
no tienen mayor poder de decisión. Aunque hay experiencias
reciente, en que los agentes pastorales están reivindicando
el poder de los “lonkos”, “machi”
y “genpín” como una forma de ayudar a
reestructurar la comunidad tradicional campesina.
En
general, los estudios que se han llevado a cabo sobre la
temática religiosa mapuche, coinciden en que éste
es eminentemente religioso. Su cultura, sus valores, su
arte, su música, su folclor, su cosmovisión,
en una palabra su vida es religiosa.
Desde
esta perspectiva un concepto científico de religión
nos permite entender la religión mapuche dentro de
un concepto dinámico, es decir, lo que hoy se puede
considerar como religión mapuche tiene inevitablemente
muchos elementos de la religión “winka”
(el cristianismo), ya que ésta "ha ido variando
y recreándose constantemente de acuerdo a los procesos
de su desenvolvimiento histórico, pero lo que es
permanente es la fe en sus prácticas religiosas".
Sin
embargo, en lo fundamental se diferencia del cristianismo.
En este sentido es imposible concebir una religión
mapuche pura. Toda religión se contamina, toda religión
en mayor o menor grado es sincrética.
El
término religión como se entiende en occidente
es un concepto que se inscribe en la tradición cristiana
y que hace referencia a una religión específica
que se autodenomina como la única religión
válida y verdadera, con una pretensión universalista.
Desde este ángulo, las demás religiones están
condenadas a desaparecer.
El
concepto mapuche más cercano a lo que tradicionalmente
entendemos por religión es "feyentún",
que aproximadamente se puede traducir por "creencias",
pero se trata de creencias que sólo tienen sentido
en cuanto pueden ser vivenciadas mediante ritos ceremoniales.
Por eso, quienes dicen por ejemplo: "taiñ feyentún"
están haciendo referencia a un "corpus de creencias"
que en lenguaje “winka” constituiría
la religión mapuche.
Estas
creencias tienen que ver con un culto a la divinidad (Dios),
a los espíritus de los antepasados, culto a los muertos,
culto a los gen, que habitan en los elementos de la naturaleza.
El
"feyentún", en cuanto corpus de creencia
estaría fijado en el canon mapuche, es decir, en
el AD MAPU. El Ad Mapu no es otra cosa que un conjunto de
leyes y tradiciones rituales religiosas heredadas de los
antepasados. Esto de alguna forma representa el aspecto
doctrinal de la religión mapuche, lo que en otras
palabras significa que todo lo que no está de acuerdo
al canon, no tiene fuerza de ley.
Ahora
bien, en cuanto el Ad Mapu es un conjunto de leyes, éstas
tienen que ver con el comportamiento que rigen las reacciones
humanas internas y externas.
Las
relaciones humanas al interior de la comunidad se rigen
por un lenguaje que permite un trato fraterno y solidario
que se expresa con la palabra "peñi-lamgen"
(hermano, a), lo que genera una moral comunitaria o una
forma de comportamiento a interior de la comunidad. En otras
palabras estas relaciones humanas no permiten la formación
de castas sociales, ya que la regla de oro es "kom
inciñ kiñe mojfvñgeiñ, peñigeiñ,
mapucegeiñ”, (todos somos de una misma sangre,
todos somos hermanos porque somos mapuche, gente de la tierra).
En
este sentido, quienes ostentan algún tipo de autoridad
no generan una relación de subordinación con
los miembros de su comunidad.
Fuente:
Mapuche.cl
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