La presencia de “El Caballero
de la Salsa” ha irrumpido imponente en los escenarios
latinoamericanos. En Chile su voz emergió de pronto,
interpretando el tema central de una exitosa telenovela
brasileña. Su trabajo ha sabido deslumbrar en corto
tiempo, reafirmando su capacidad artística al pasearse
por la interpretación de boleros, salsa, guarachas,
mambos y baladas.
A
sus 42 años de edad, el avezado salsero puertorriqueño
goza de una voz madura y luce un control deslumbrante de
su proyecto musical. Su faena artística lo coloca
como una de las figuras más prolíficas del
arte popular caribeño, logrando despuntar también
como actor de teatro.
Nadie
duda que Gilberto Santa Rosa –quien fue de los primeros
salseros en transportar el género a la principal
sala de espectáculos de Puerto Rico, el Centro de
Bellas Artes “Luis A. Ferré”– es
la figura salsera que ata el eslabón de dos generaciones
que se encuentran en la carrera persistente de mantener
vivo el sonido auténtico de la salsa.
Ese
afán queda refrendado en su nueva producción
discográfica para el sello Sony Discos, “Auténtico”,
una de las propuestas más interesantes del género,
trabajada con celo y esmero para ofrecer al público
melómano un producto refulgente y colmado de una
calidad sonora indiscutible en voz del mejor intérprete
de salsa de nuestros tiempos.
DOS
ÉPOCAS GLORIOSAS
Para
la historia de la música popular caribeña,
el trabajo artístico del cantante se ubica en el
tránsito de dos épocas gloriosas para el género
salsero. Por un lado, tiende un puente entre generaciones
al ser custodio de un sonido cadencioso, acorde con los
patrones rítmicos de la salsa de las décadas
de 1960 y 1970, al tiempo que se enriquece con las nuevas
fórmulas sonoras que modifican el género a
partir de los años 80.
De
esa manera, la constancia de su ejecución le imprimió
un nuevo impulso a la salsa en las postrimerías del
Siglo XX, contribuyendo a la revolución del género
y su despunte en el mercado internacional.
Al
espléndido vocalista le despertó su afán
por el arte de la canción desde su niñez,
cuando disfrutaba de ver en la televisión las presentaciones
de “El Gran Combo de Puerto Rico”, deleitándose
con sus canciones, formas interpretativas y bailes. La cadencia
y el sabor que imprimía la musicalidad de la agrupación
comandada por el pianista Rafael Ithier fueron cruciales
en su desarrollo y formación musical.
Gilberto
Santa Rosa, que nace el 21 agosto de 1962 en el pueblo de
Carolina (Puerto Rico), tuvo su primera aparición
artística mientras cursaba sus estudios primarios
en la escuela elemental Ángel Ramos, en el sector
de Country Club de su pueblo natal. Allí se lanzó
al ejercicio de la comedia, acto que deleitaba de ejecutar
imitando las parodias del famoso dueto de "Bachiller
y Pancholo".
Poco
después tuvo su primer deleite formal con la música
al formar un dúo con su compañero de clases
Jesús "Cheíto" Cruz, interpretando
boleros.
Desde
su infancia, el denominado "Caballero de la Salsa"
cultivó una sesuda madurez que, en poco tiempo, transformó
al niño en una sagaz figura musical. En el esplendor
de su adolescencia ingresó a la Escuela Libre de
Música de San Juan, atraído más por
la idea de estar entre músicos que de convertirse
en uno de ellos. Allí comenzó estudios de
saxofón y trompeta, aunque siempre estuvo seducido
por el sonido de las tumbadoras.
Fue,
precisamente, en esa época en que logró su
primera actuación como cantante durante un programa
de televisión navideño que produjo Papo Pérez
para la cadena de televisión Pérez Peris (Canal
11) y que se emitió el 6 de enero de 1975. En ese
entonces, el pequeño Gilberto apareció en
el programa “Los Reyes Modernucos” cantando
el tema que originaba la transmisión.
De
ahí, percibió un futuro distinto, más
cercano a la posibilidad de convertirse en cantante. Se
lanzó a crear su primer grupo musical junto a su
amigo Pedro Morales Cortijo ("Don Periñón")
cuando apenas contaba con 13 años de edad. El grupo
se conoció como “La Evolución 65”,
luego la orquesta “La Potencia”, y solían
tocar en las fiestas de sus amigos construyendo un repertorio
original de las canciones que no se cantaban en la radio.
En
cambio, su primera oportunidad de lujo la obtuvo durante
una edición del Festival de la Juventud que organizaba
el Municipio de San Juan en la localidad de El Morro y que
conducía el comediante Alberto Rodríguez Torres
("Machuchal"). La presencia del joven cantante
deslumbró a la audiencia y comenzó a sentar
presencia en la escena artística que más adelante
se convertiría en su centro de desempeño laboral.
En
1966 el grupo “La Potencia” se disolvió,
hecho que facilitó un nuevo tránsito musical
en la vida del joven cantante.
REGÁLAME
TU AMOR
Reconocido
como uno de los talentos más prometedores de la canción
popular, en 1967 Gilberto Santa Rosa fue reclutado por el
veterano músico Mario Ortiz para participar de la
grabación del disco “Borinquen flame”,
interpretando los temas Palo de caña brava, Los rosales
y Regálame tu amor. En esa producción trabajaron
los destacados músicos Elías López,
Juancito Torres, Polito Huertas, Eladio Pérez, Tony
Sánchez, Mauricio González, Rafi Torres y
René Hernández.
Tras
esa grabación, y considerando que el proyecto no
despuntó como se esperaba, el joven vocalista aceptó
una invitación del director de la orquesta “La
Grande”, José Canales, para formar parte de
su agrupación. Antes, había sido persuadido
por el director de la Latín Brass para sustituir
al vocalista Jerry Rivas, pero sus padres no lo consintieron.
Su
ingreso al grupo “La Grande” –que entonces
dirigía el trompetista Elías López–
estuvo acompañado con la propuesta de participar
en la grabación de un disco. La cita fue en la ciudad
de Nueva York, donde grabó los temas Busca lo tuyo,
Satisfacción y Tu indiferencia (esta última
de su autoría) para álbum “We Love New
York”.
DOS
AÑOS INTENSOS
La
participación de Gilberto Santa Rosa con “La
Grande” duró dos años y desde sus comienzos
su estampa fue reconocida por la prensa como "la revelación
musical de este año". Entretanto, alternó
su tiempo grabando jingles comerciales para firmas como
Sello Rojo, Budweiser y Bore Warner.
Al
mismo tiempo, participó con las agrupaciones de Don
Periñón y la orquesta Fantasía Boricua
de Manolito Rodríguez, experiencias que le ganaron
un sitial valioso en el seleccionado grupo de salseros que
formaron la “Puerto Rico All Star”.
El
año 1979 marcó una etapa importante en el
desarrollo profesional del cantante al ser reclutado por
el maestro Tommy Olivencia para formar parte de su orquesta
“La Primerísima”.
Sus
primeras actuaciones con Tommy Olivencia fueron casuales
y las hacía en sustitución de Simón
Madera, cada vez que éste no podía cumplir
con sus compromisos. En cambio, su buen desempeño
en la agrupación le ganaron una oferta para integrar
formalmente el grupo y trabajar en su nueva producción
discográfica interpretando los temas Como sube la
gasolina y Rumba a los santos.
En
mayo de 1981, y mientras cursaba su primer año en
la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras, aceptó
el ofrecimiento del líder Willie Rosario para integrar
su agrupación junto a los vocalistas Bobby Concepción
y Antonio Eladio ("Tony") Vega.
Esa
experiencia musical junto al reconocido "Míster
Afinque" fue determinante para el cantante, siendo
esta la plataforma para su gran proyección como salsero
y con la que logró la aceptación popular con
éxitos como Lluvia y Botaron la pelota.
MADUREZ
VOCAL
Este
es el momento en que Gilberto Santa Rosa alcanzó
madurar su voz y cohesionar su estilo popular, permaneciendo
durante cinco años con la portentosa banda y dejando
una huella musical indeleble en seis producciones discográficas
que son clásicos indiscutibles del cancionero popular.
Sus
inquietudes profesionales, en cambio, lo llevaron a explorar
nuevas instancias artísticas desde donde pudiera
hacer plausible sus proyectos. Así, en 1986 optó
por crear su propia agrupación, luego de haber consultado
con varios allegados.
La
escena musical estaba a los pies del “Caballero de
la Salsa”, quien desde entonces se asumió como
heredero de la tradición salsera y protagonista del
nuevo tiempo que definió el futuro de la salsa.
Gilberto
Santa Rosa comenzó su experimento en solitario a
la sombra de la empresa Combo Records, con la que produjo
Salsa en movimiento, Keeping Cool, Good Vibrations y De
amor y salsa.
En
1990 sus posibilidades en el mercado se ensancharon tras
firmar un contrato con la multinacional Sony Discos, junto
a la que permanece aún y con la que ha grabado 15
álbumes, logrando, además, las más
altas distinciones de la industria.
Hoy,
Gilberto de la Rosa ha comenzado a conquistar el mercado
latinoamericano, un mercado que sin duda le ofrece grandes
posibilidades artísticas y de crecimiento personal.
Méritos tiene de sobra para irrumpir en este codiciado
escenario.
Fuentes:
http://www.gilbertosantarosa.com/
http://espanol.launch.yahoo.com/promo/santarosa/
Sony Discos
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