Libro
transcribe 1.500 composiciones:
Cancionero
de cuecas chilenas tradicionales
Santiago
Figueroa Torres, músico e investigador, explica
los orígenes del baile nacional.
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Santiago
Figueroa Torres, músico, investigador y coleccionista,
se sabe de memoria la letra de más de 1.300 composiciones
que reunió en el “Cancionero de la Cueca Chilena”
(Tajamar Editores), libro de más de 500 páginas,
el primer paso de una obra mayor.
En la
solapa de este volumen se lee que es “el comienzo
de una tarea mayúscula”, que considera textos
similares de tonada, canto lírico, valses y romances.
UN
TEMA APASIONANTE
Según
el diario “La Tercera”, el volumen inicial de
este necesario cancionero de cuecas chilenas ya está
en librerías, donde se agrega, a modo de presentación,
un estudio sobre el tema que más apasiona al autor.
"Nuestra
Cueca Chilena -escribe, recalcando el género en mayúsculas-
es la más definitiva expresión popular, que
nace y se funde de la propia raíz de nuestra forma
y manera de ser".
Las
descripciones del autor respecto de la forma que debe asumir
la pareja de bailadores de cueca, resulta sin duda peculiar:
"Para realizar este baile popular –dice- es condición
principal y única que lo haga una pareja, hombre-mujer,
con uso obligado de pañuelo, siendo esta la única
manera o modo que se baila en todo el territorio nacional".
LA
CUECA Y “LOS CHILENEROS”
Citando
el texto que Héctor Pavéz escribió
para la carátula de un disco de Los Chileneros, “La
Cueca Centrina” (1967), Santiago Figueroa Torres corrobora
que "fueron Las Petorquinas, famoso dúo de las
hermanas Pinilla, las que transformaron la zamacueca limeña
en lo que es hasta ahora nuestra cueca chilena, en los alrededores
de 1831, cuando llegaron a actuar en el Parral de los Baños
de Gómez, de la calle Duarte (actual Lord Cochrane,
en Santiago)".
Años
más tarde, según el autor, la cueca volvió
transformada a Perú, con el nombre de chilena.
Tras
la Guerra del Pacífico, fue rebautizada allí
como marinera, en homenaje a la marina peruana.
El
autor enfatiza que hasta mediados del Siglo XX las mujeres
monopolizaban el canto de la cueca y la tonada: "A
los varones que hacían interpretaciones se les tildaba
de poco varoniles”, afirma Figueroa Torres.
Destaca,
eso sí, que en la cueca centrina, chilenera o brava
-rescatada en años recientes por el grupo “Los
Tres”-, mandan los hombres, "con un juego de
voces muy rico y elaborado".
ARRAIGADA
EN LA CULTURA
Además,
este acucioso investigador de nuestra danza nacional, asegura
que la cueca está fuertemente arraigada en la cultura
del país y proporciona curiosas señales de
su idiosincrasia.
Dice:
"Se trata de una danza en la que el oyente común
no percibe con certeza su final, por la simple razón
de que el canto termina en el antecedente y no en el consecuente,
como es la fórmula natural del canto popular".
ESTUDIOSOS
DE LA CUECA
A
la vez, el autor proporciona datos interesantes y desconocidos,
como que uno de los mayores estudiosos de la cueca chilena
se llama Carlos Vega y es argentino. Explicó que
se trataba de uno de los baile más complejo del mundo
y también el más bello.
Santiago
Figueroa Torres ha dedicado cinco extenuantes años
a la investigación, cuyo fruto ha sido, finalmente,
el volumen que aquí se ha señalado.
¡Aplausos
por tan laborioso trabajo y, además, indispensable
para conocer más acerca de la cultura tradicional
de nuestro país!
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