Película sorprendente por la realización y contenido. Las aventuras de T‘Challa van más allá de los Superhéroes de Marvel y entregan un mensaje acerca del futuro del planeta Tierra, que tiene mucho de realidad y poco de ficción…
Por JOBLAR
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
La serie de súper héroes de Marvel tiene un público fiel, que acepta cualquier argumento por frágil o inexistente que éste sea. Y, definitivamente, este no es el caso, puesto que no se trata de un relato escapista en el que mandan los efectos especiales.
Wakanda es un país de África centro oriental, que se esconde del mundo fingiendo ser uno de esos “shithole countries” repudiados por Donald Trump. En realidad, gracias al vibranio, un mineral extraterrestre de potencialidades inimaginables, es una nación que tiene la tecnología más avanzada del mundo.
El protagonista T‘Challa (Chadwick Boseman) no es un personaje inédito, ya que apareció en Capitán América: Guerra Civil (2016), cuando su padre T‘Chaka (John Kani), el Rey de Wakanda, murió durante un atentado terrorista en la sede de las Naciones Unidas.
A dos semanas de su desaparición, es el nuevo soberano de Wakanda y debe solucionar de inmediato algunas cuestiones pendientes, sirviéndose de sus poderes como Pantera Negra. Y apoyado por esa tecnología extraordinaria.
La primera es la captura de Ulysses Klaue (Andy Serkis) que, muchos años antes había causado la muerte de muchos wakandianos durante un hurto de vibranio. Pero surge una segunda, absolutamente inesperada, con la presencia de Erik Killmonger (Michael B. Jordan) un primo del que no conocía la existencia y que aspira a la corona.
Como Doctor Strange, el episodio se desarrolla con vida propia y tiene un contenido profundo, junto a todas las secuencias de lucha y persecuciones.
El trabajo escenográfico de reconstrucción digital es admirable, como asimismo el vestuario y la fotografía de Rachel Morrison. A ello se agrega la música que, acompañando las grandes panorámicas, me recordaron en varias ocasiones a El Rey León.
Colores, sonidos y naturaleza salvaje que se presentan sin caer en prejuicios contra el hombre blanco ni contra Occidente. Tal vez cumpliendo con las normas de Hollywood, aparece un personaje de raza blanca: el agente de la CIA Everett K. Ross (Martin Freeman). Pero lo importante es que se trata de un film político, que plantea una realidad que ya fue planteada el 2012 (de Roland Emmerich, 2009), película catastrófica que presentaba a África como la nueva Tierra Prometida y el futuro de la humanidad.
Una advertencia: no se pierdan ni un solo minuto de la película. El prólogo plantea una situación que explica el porqué de las rivalidades posteriores. Y —sobre todo—, el bonus track con el que T‘Challa advierte acerca de la importancia de generar puentes, mientras que “los tontos edifican muros”.
(“Black Panther”. USA, 2018)
TRAILER DEL FILM:
“PANTERA NEGRA”
Producción:
Trailers TC
