ANA MARÍA MEZA REGRESA A LOS ESCENARIOS CON SU CONCIERTO “GIRASOL”

La destacada cantante, investigadora vocal y coach, ofrecerá dos presentaciones en Projazz y Sala Master de su show “Girasol”, concierto acústico con el que marcará su regreso artístico, luego de más de 30 años de carrera musical…

SANTIAGO (Chile), 07 de Mayo — 2018.-  Este jueves 10 y viernes 11 de mayo, Ana María Meza regresa a los escenarios con un show íntimo a estrenar en Auditorio Projazz y Sala Master que incluye canciones de todas sus épocas y también de su próximo trabajo discográfico a editarse el 2019.

Una instancia en la que la artista, reconocida por ser una de las primeras mujeres en producir y protagonizar musicales en Chile, como: “1984 Opera Andina” (1978), “Tributo a Bob Fosse” (2002), “Una Noche en Broadway” (2006), y por co-fundar la primera escuela de jazz en Chile, Projazz (1982), se acompañará en esta oportunidad, de un cuarteto acústico compuesto por Greco Acuña (Percusiones), Maximiliano Flynn (Contrabajo), Alejandro Pite Guillier (Flauta Traversa) y Cristóbal Menares (Guitarra).

Ana María ostenta una carrera de más de 30 años en la música, destacando como una cantante de versátil voz y gran calidad interpretativa en festivales, televisión y escenarios locales, y siendo además coach vocal tanto de renombrados artistas nacionales (Nicole, Denisse Malebrán, Andrés de León, Javiera Mena, etc.) como de diferentes obras a gran elenco (“Chicago” en 2013, “Cats” en 2014, “Peter Pan” en 2015, y “Mamma Mia!” en 2018), proyectos que acompaña en paralelo con algunas ediciones discográficas solistas como “Smile” (2004) y “Atrapasueños” (2012) y con su actividad académica en la investigación y pedagogía vocal al frente del Instituto Profesional Projazz.

Además de su trabajo en la docencia y su activa participación en congresos de música, por estos días, Ana María Meza reparte sus tiempos entre la dirección vocal del musical “Mamma Mia!” y los Premios Pulsar 2018, en los que oficia como jurado en la categoría de Jazz y Fusión.

 

SOBRE
ANA MARÍA MEZA

Proveniente de una familia vinculada a la música docta, el Teatro Municipal y la Orquesta Filarmónica de Santiago, la cantante Ana María Meza abrió la paleta cromática para profundizar en algunas variantes de la música popular más allá de los territorios del canto lírico. Se transformó en una importante intérprete de jazz clásico y pop-jazz y de paso en una de las más activas maestras de voces, como lo había hecho previamente la legendaria Inés Délano.

Sus estudios iniciales de flauta traversa y cello quedaron definitivamente en el olvido cuando Meza se integró en 1975 al cuarteto vocal Causa y Efecto (encabezado por el compositor Jaime Atria Rosselot). El grupo, que grabó una serie de piezas originales, le abrió la ventana al mundo de la música popular. En 1978, por ejemplo, Ana María Meza interpretó el rol protagónico en la ópera rock-andina «1984», escrita por Pepe Gallinato y John Elliot, que fue estrenada en el antiguo Teatro Marconi de Av. Manuel Montt.

Por esos años también fue parte del staff de cantantes juveniles convocados por el propio Gallinato al programa de televisión «Viva la música», que tuvo a solistas emergentes como Jorge Caraccioli , Miguel Piñera y Oscar Andrade, entre otros.

En 1980 se incorporó como voz principal a Disco Boogie, un exitoso experimento de música pop y disco dirigido por Sergio del Río (ex guitarra de Los Jockers y Tumulto).

Junto con el guitarrista George Abufhele, en 1985 fundó la escuela de música popular Projazz y se abocó por completo a la formación de cantantes, desarrollando distintos métodos y técnicas interpretativas. Algunas figuras entrenadas por Meza fueron Gisa Vatcky, Nicole y Denisse Malebrán, en los ’90, y Andrés Zara, Pedro Foncea, Paula Barouh, Bárbara Lira o Paula Liz, entre las voces de los años ’00.

Tras ingresar en el estudio del canto lírico (de la mano de la soprano Claudia Parada), Meza se sumergió en la interpretación  del pop-jazz, swing y la bossa nova, llegando a instalar su nombre entre una generación de solistas vocales más jóvenes asociados al pianista de jazz, Moncho Romero. Desde 1999 actuó con él, en espacios del jazz capitalino y junto a su trío acústico grabó su primer álbum Smile (2004), evidenciando en la cantante su acercamiento al cancionero del swing, el jazz standard.

En este ejercicio de música swing también se registran apariciones en vivo como cantante junto a la Projazz Big Band.

Mucho tiempo después del estreno de su primer disco, Ana María Meza experimentó una aproximación a la música sudamericana de raíz, y en su segunda grabación titulada Atrapasueños (2012), se desmarcó notoriamente de la canción norteamericana para darle espacio a un repertorio escrito por compositores chilenos a partir de ritmos ternarios y aires latinoamericanos, como Jaime Atria Rosselot, Antonio Restucci, Rodrigo Santa María, Cristóbal Rey y Martina Lecaros.

 

 

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