Lo que podría ser una película policial, se transforma en un drama que enfrenta descarnadamente la violencia de género y el racismo, en una región inhóspita de Estados Unidos. El antiguo tema de la ambigüedad de la justicia, desarrollado de manera magistral.
Por JOBLAR
Para los de mi edad, el título trae a la mente la película Wild is the Wind de George Cukor, 1958), con Anthony Quinn y Anna Magnani. El verdadero nombre de la película es Wind River (Río del viento) y alude a una reserva de Utah, un desierto nevado en el que ha sido asesinada una joven indígena.
Taylor Sheridan ha dado pruebas de ser un buen guionista con Sicario (de Denis Villeneuve, 2015) y Nada que perder (Hell or High Water, de David Mackenzie, 2016), lo que confirma con esta película que —además— dirige.
Lo que podría ser una cinta policial se transforma en un drama muy bien desarrollado, que se proyecta una vez más hacia la problemática de la justicia y de la diversidad racial.
Cory Lambert (Jeremy Renner) es un cazador de depredadores, que descubre el cadáver de una joven a la que conocía. El espectador ya la ha visto caminar agonizante en un principio, mientras se escucha una voz en off que recita unos versos. Más adelante comprenderá el alcance de esos mismos.
Las autoridades locales solicitan ayuda y el FBI manda a una agente en sus primeras armas (Elizabeth Olsen), que ni siquiera tiene ropa adecuada para el lugar. De hecho, le prestan ropa de la hija de Cory que, como se sabrá más adelante, también murió asesinada muy joven. Y la relación padre-hija se hará transparente con el curso de los acontecimientos.
Se enfrentará “la justicia” bajo tres caras diferentes: la de la policía local, de la guardia de unas instalaciones mineras y la federal. Al final, lo que cuenta es la ley del más fuerte y el corazón es frío como el paisaje.
Hay varios temas entre subyacentes y explícitos: el rescate moral para la desaparición de un ser querido, la afirmación de una autoridad que no todos reconocen, la vendetta personal contra la escasa presencia de la justicia establecida como imperativo de la conciencia.
Pero, sobre todo, está la imagen del depredador como elemento extraño e invasor que usurpa los sagrados vínculos de la tierra y de la sangre.
Ganó merecidamente el Premio al Mejor Director en Un Certain Regard del Festival de Cannes 2017.
(Wind River. USA, 2017)
TRAILER DEL FILM:
“Viento salvaje”
Producción:
Cinetopia Chile
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