Una buena película, que de manera lineal sigue el Caso Watergate desde la perspectiva del incógnito “Garganta Profunda”, que —con sus informaciones— hizo posible la caída del gobierno corrupto de Richard Nixon.
Por JOBLAR
El Caso Watergate fue descrito por los periodistas Carl Bernstein y Bob Woodward en el libro “Todos los hombres del presidente”, que después sería la base de la película homónima, dirigida por Alan J. Pakula, en 1976, e interpretada por Robert Redford y Dustin Hoffman.
Los reporteros de “The Washington Post” investigaron el escándalo, que denunció el acoso de Nixon y sus colaboradores a grupos de activistas y figuras políticas opositoras. Esto fue posible gracias a una fuente anónima, que llamaron Deep Throat (“Garganta Profunda”, con alusión a la famosa película pornográfica) y que permaneció incógnita hasta que Wiliam Mark Felt, ex subdirector asociado del FBI, se reveló como tal el 31 de mayo de 2005, después de haberlo negado por 30 años.
La película —dirigida por Peter Landesman e interpretada por Liam Neeson— presenta los hechos desde un ángulo absolutamente desconocido hasta el momento.
¿Por qué Felt tomó la decisión de ser un “soplón”? ¿No era acaso traicionar al servicio que dirigía? La razón es exactamente la contraria.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI, del inglés Federal Bureau of Investigation) fue creado en 1935 y su primer y único director fue John Edgar Hoover (nacido el 01/01/1895) hasta su muerte, acaecida a los 77 años (02/05/1972). De hecho, fue director desde 1924, puesto que fue nombrado cuando se creó la Oficina de Investigación, que precedió a esa rama del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Toda su biografía fue expuesta en J. Edgar, interpretado por Leonardo DiCaprio, bajo la dirección de Clint Eastwood (2011).
Para Felt (17/08/1913 – 18/12/2008) fue una gran desilusión cuando Nixon nombró como director a L. Patrick Gray y más aún que se le quisiera imponer el silencio, cerrando la investigación acerca del Watergate, que cada vez se presentaba más comprometedora para el Gobierno de la Casa Blanca.
En efecto, para los colaboradores del Presidente habían recurrido no sólo al FBI, sino también a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y al Servicio de Impuestos Internos (IRS). Había en juego dinero negro utilizado por el Comité para la Reelección del Presidente y el Partido Republicano. El nivel de corrupción era altísimo y, por espíritu de cuerpo y por respeto a la institución a la que había dedicado su vida, Felt no quiso convertirse en cómplice.
Gracias a las informaciones entregadas por él, Nixon renunció en agosto de 1974. El escándalo salpicó a un total de 69 personas, de las cuales 48 fueron encontradas culpables y encarceladas; muchas de ellas habían sido altos funcionarios.
Peter Landesman ha dirigido películas como Parkland (2013) en la que reconstruyó los caóticos eventos ocurridos en el Hospital de Dallas, al que fue llevado moribundo John Fitzgerald Kennedy.
En este caso, se detiene también en la historia de la hija de los Felt, que también estuvo en Chile. Estresada por tantos problemas, su esposa Audrey se suicidó y Felt falleció a los 95 años en un hospicio en Santa Rosa, California.
(“Mark Felt: The Man Who Brought Down the White House”. USA, 2017)
TRAILER DEL FILM:
“El Informante”
Producción:
La Pochoclera
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