Reaparece después de 40 años con mucha acción y exigencias de conocimientos prácticos de física cuántica. Además de la problemática ideológica que plantea, entretiene con los enfrentamientos del mejor animé nipónico…
Por JOBLAR
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Confieso que no me fue fácil seguir el relato de esta película. Como sabía que iba a ser así, me hice asesorar por mi hijo de 41 años, mi nieta de 17 y mi nieto que está cumpliendo los 12. Porque los niños de ahora manejan las nociones del multiverso y de la física cuántica de la misma manera como pueden entender la paradoja del gato de Schrödinger aunque no puedan explicarlo con fórmulas matemáticas.
El protagonista y el antagonista reescriben literalmente el universo conocido, substituyéndolo con otro al interior de un interminable mar de posibilidades: viven y no viven al mismo tiempo, suspendidos en un estado potencial.
Mazinger Z nació en 1972 como manga y como animé. Este nuevo largometraje, dirigido por Junji Shimizu (Yu-Gi-Oh!, One Piece), presenta el regreso del malvado Dr. Hell y de sus secuaces el hermafrodita Barón Ashura y el Conde Brocken, con la cabeza separada del cuerpo. Su ideología es la del conflicto: exalta la batalla por la batalla y considera la paz como la peor forma de la decadencia humana.
Koji Kabuto, piloteando su super robot Mazinger Z y ayudado por sus amigos del laboratorio Photon Power, había logrado derrotarlo para luego dedicarse a la ciencia. Pero, durante una exploración en el subsuelo del Monte Fuji, encuentra una enorme estructura llamada Infinity, que tiene un enorme poder destructivo, capaz de extinguir a la humanidad. De hecho, es una especie de llave de acceso a muchas posibilidades y, por ello, es una “divinidad demoníaca”, esto es, que puede ser dios y demonio.
Reaparecen Tetsuya Tsurugi, Jun Honoo, Boss, Mucha, Nuke y Sayaka Yumi es la hija del Primer Ministro japonés y la nueva jefa de la Photon Research. A éstos se agrega Lisa, una criatura artificial que no comprende por qué ha sido dotada de sentimientos y que sufre cuando es considerada como una máquina. Su dilema es decidir si debe rechazar las emociones o aceptar su propia naturaleza, con todas las «debilidades» que conlleva.
Los enfrentamientos y la batalla conclusiva contra monstruos mecánicos representa al mejor animé japonés. Y, en cuanto a la figura del Dr. Hell, al que le venga el sayo que se lo ponga. Porque el peligro ya no es la bomba atómica (que representaba Godzilla), sino los límites de las instituciones modernas, incapaces de encontrar un acuerdo ante una emergencia planetaria: el sólo hecho de que el villano agite la posibilidad de la paz y la convivencia basta para desencadenar indecisiones y propuestas de compromiso entre los que deberían oponerse a su dominio. De hecho, los héroes no se rinden, porque —a pesar de que Koji está fascinado por la exaltación de la batalla— sabe que hay que defender la paz y combatir el nihilismo del enemigo porque es un camino sin salida.
(Mazinger Z: Infinity (Japón, 2017)
TRAILER DEL FILM:
“MAZINGER Z – INFINITY”
PRODUCCIÓN:
Trailers in Spanish
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