Producto comercial que sólo busca entretener. Sin embargo, el espectador atento puede leer un mensaje entre líneas…
Por JOBLAR
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Fábula más vieja que el hilo negro. Rachel Chu (Constance Wu), nacida en Estados Unidos de madre china, es titulada en economía y se enamora de Nick Young (el malayo Henry Golding). Éste la invita a Singapur para asistir al matrimonio de un amigo suyo. Acepta y descubre que su “pololo” es el heredero de una familia enormemente rica, que la ve con malos ojos como si fuera una caza-fortunas.
La película es la adaptación cinematográfica del best-seller Crazy Rich Asians, del singapurense Kevin Kwan, que en Chile está a la venta con el nombre de Locos, ricos y asiáticos.
Su director es Jon M. Chu, estadounidense de origen chino, los guionistas Adele Lim, malaya, y Peter Chiarelli, ítalo-americano ex productor de comerciales.
El cast está conformado por asiáticos célebres en Occidente: los ya citados Wu y Golding, Michelle Yeoh (la madre de Nick), Awkwafina (la amiga Go Peik) y el cómico Ken Jeong (el padre di Go Peik, conocido como el Leslie Chow de ¿Qué pasó ayer?).
Con una producción ostentosa hasta la náusea, la película muestra y pretende conquistar el mercado asiático y la comunidad china estadounidense. Es un diario de viaje (travelogue), una exhibición de productos de marca (product placement; verbigratia: Ralph Laurent, Versace) y un documental acerca de un mundo asiático fuertemente occidentalizado.
El relato recurre al esquema ya conocido del fairy tale al estilo disneyano. La Cenicienta, la madrastra malvada (la futura suegra), las hermanastras (las ex pretendientes al rol de princesa), el hada madrina (Astrid, la futura cuñada), los ratoncitos (la familia de Go Peik, ex compañera de college).
Pero la lectura interlineal lleva a pensar en la injusticia social que permite esa vida fastuosa, la que es extensiva a todos los países en vías de desarrollo.
Con aire de comedia, una paria entra a formar parte de un sistema rígidamente jerárquico y feudal. Pero es una paria con título universitario y buena situación en Estados Unidos.
Creo que un momento emblemático de la película es cuando las futuras nuera y suegra se enfrentan en un juego complicadísimo en la que, a través de una adecuada estrategia, Rachel vence dejando en claro que una estadounidense “juega para ganar, no para perder”.
Si, como advirtió Napoleón, hay que “dejar dormir a China, porque cuando despierte hará temblar al mundo”, Hollywood – al mejor estilo de Bollywood – no sólo se defiende, sino que pasa al contra-ataque.
(Crazy Rich Asians. 2018)
TRAILER DEL FILM:
“LOCAMENTE MILLONARIOS”
PRODUCCIÓN:
Warner Bros
