“PAPILLON” — Comentario de CINE

Después de 45 años, vuelve el best seller de Henri Charrière, que gustará sobre todo a los jóvenes que no conocen la primera versión. Disfrutarán del contraste entre las panorámicas de mar y cielo en contraposición a la claustrofobia de la colonia penal. Y el suspenso no estará en saber si el protagonista logrará escapar, sino en el cuándo y cómo…

Por JOBLAR

Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

Para los que tienen mis años, Papillon será siempre Steve McQueen (dirigido por Franklin J. Schaffner en 1973), quien también fue un prisionero inolvidable en El Gran Escape (The Great Escape, de John Sturges, 1963). Por ello es que, en este remake, se me hizo difícil acostumbrarme a la presencia de Charlie Hunnam (King Arthur, de Guy Ritchie, 2017): es más, durante toda la película pensé que era Ryan Gosling. Y es que el actual panteón de los actores ha llenado la pantalla de “minos” que son todos iguales: Chris Pratt, Ryan Reynolds, Chris Hemsworth, Sam Worthington, etc. Su común denominador: estructura compacta y mínima expresividad.

Diverso es el caso del falsificador Dega (el actor de origen egipcio Rami Malek), que es absolutamente creíble y supera a Dustin Hoffman, que era Dustin Hoffman interpretando a Dega.

Pero en este punto tengo que dejar de pensar en la película por su forma y debo ir a su fondo.

“Papillon” fue un fenómeno editorial, porque apareció después del mayo de 1968 y los franceses querían vacaciones con mucho sol y sueños “de evasión”. La historia de Henri Charrière era increíble: condenado a trabajos forzados en 1931, por un crimen que no cometió, logró sobrevivir en el infierno de la colonia penal de la Guayana Francesa. Y, además, logró escapar después de dos intentos fallidos de fuga y relegación en celdas de aislamiento. Después fue empresario en Venezuela.

Todo esto el público lo sabe y, por lo tanto, la expectación está en el cuándo y en el cómo lo logrará. El resto es un aderezo: la mariposa es un tatuaje y no un símbolo de la libertad; la relación con Dega no es un panegírico de la amistad, sino una simple cuestión de oportunidad y de simbiosis obligada.

En el medio de la mugre, con el dinero escondido en el recto, con la amenaza de una agresión homosexual, los días se suceden con un peso inexorable y opresivo. El mismo alcaide se sorprende al ver al protagonista después de cinco años de aislamiento: “¿Qué es lo que te mantiene con vida?”. Es más fácil encontrar una respuesta en obras como El hombre de Kiev, El Conde de Montecristo, Los Miserables o La hora 25, porque se trata de prisioneros que son víctimas de una injusticia social que deberá ser reparada. Así lo entendía el mundo literario, pero aquí es sólo un hombre que no acepta su destino.

Schaffner había dirigido El planeta de los simios (Planet of the Apes, 1968) y Patton (1970), películas que no requieren de grandes presentaciones. En cambio, el danés Michael Noer es casi un debutante y busca expresar el contraste entre la prisión claustrofóbica y los espacios abiertos, entre el disfrutar la vida teniéndolo todo y el sobrevivir en la inopia más absoluta.

(“Papillon”. Serbia/Montenegro/Malta, 2017)

 

TRAILER DEL FILM:
“PAPILLON”

PRODUCCIÓN:
Gorosito TV

 

 

 

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