LA SUBJETIVIDAD, AJETREO Y COLORIDO EN EL CENTRO DE SANTIAGO DE CHILE

Cuidando tu metro cuadrado, lograrás sobrevivir y volver más adelante, para poder percibir los cambios que se están gestando en el seno de nuestra emergente sociedad chilena…

Por Dr. Rodrigo LEAL BECKER

 

SANTIAGO (Chile), 07 de Enero — 2019.-  Según el sociólogo y escritor Pablo Huneeus, el centro de Santiago es el barómetro de la sociedad chilena. Cualquier adulto que se pasee por las calles Ahumada, Estado o Huérfanos, se dará cuenta de la veracidad de esta aseveración, pues viendo las vitrinas, el ajetreo del comercio y los paseantes, se puede tomar una instantánea de la actualidad nacional.

El año pasado, el centro de Santiago se parecía al Matto Grosso con una ingente multitud de haitianos y brasileños. La Plaza de Armas estaba plagada de ecuatorianos, peruanos y venezolanos, quienes ejercían —particularmente—, el comercio ambulante. En la calle Nueva York se juntaban y practicaban performances para videos de rap e hip-hop.

Ahora, tenemos un marcado aire progresista, con instalaciones nuevas y mucha seguridad, junto a un despliegue de guardias y cámaras de video. El comercio ambulante está siendo reducido a su mínima expresión y las tiendas se abarrotan con productos caros e importaciones de todos los tipos y países.

PRODUCTOS
ARTESANALES

La moda gay está de capa caída y los productos artesanales están absolutamente demodé. Los restaurantes y puestos de comida, eso sí, están repuntando. Uno de los marcadores indirectos del bienestar económico de un país es el hecho de salir a comer afuera. Cuando las vacas están flacas, nos quedamos en la casa y comemos de lo que haya, quizás algo un poco mejor en las celebraciones. Salir a comer afuera para celebrar, o por mero placer, es algo caro, pero mucho más gratificante.

Si bien cada tipo de restaurante tiene su dinámica, de acuerdo con la especialidad o el sector donde esté ubicado, también es cierto que hay cánones que se repiten con cierta frecuencia. Si entras solo, te van a mirar feo, porque vas a ocupar una mesa entera, consumiendo poco. En estos casos es mejor pedir la colación o alguno de los platos de la casa; nada muy elaborado. Y el postre lo reemplazaremos con un café expreso. Ya no está de moda la comida peruana, así que hay que ser extremadamente cauteloso con esta variedad gastronómica. 

FUENTE ALEMANA
O EL DOMINÓ

Los chinos vuelven, el sushi ya pasó de moda hace ratito y lo que se estila son los fast-food y las sandwicherías tipo Fuente Alemana o el Dominó.

Los asiduos a la buena mesa se harán “amigos” de mozas y garzones, para lo que existen varias triquiñuelas, como conversarles mientras sirven, recoger un cubierto o servilleta que se caiga e, inclusive, ayudarles a recoger los platos.

La propina tiene que bordear el 10%, so pena de exponerse a un masivo abucheo en cuanto salgamos. Y si no estás bien vestido, es mejor abstenerse de entrar a cualquier local elegante y así evitarse el mal rato. La regla de oro parece ser cuidarse de los extremos; no pedir lo más caro, pero tampoco lo más barato. No achuncharse demasiado para que no te pasen a llevar, ni llamar demasiado la atención para que no te hagan alguna encerrona.

Es mejor atenerse a locales de marcas conocidas, ya que con las “picadas” nos exponemos a alguna que otra infección gastroentérica. 

RELACIÓN CON
LOS PARROQUIANOS

Muy importante es la relación con el resto de los parroquianos. Cuando recién entras, estás cagado de hambre y no te vas a tranquilizar hasta que te den tu plato. Con el resto pasa lo mismo. Los hombres llegarán solos o acompañados, arrojando miradas furibundas a su alrededor y pueden ser muy intimidantes, si ya te estás sirviendo tu porción. Pero es un fenómeno pasajero y ellos también se calmarán, en cuanto les traigan sus viandas.

En años anteriores, la dieta básica era el típico completo con una gaseosa, los que se ofrecían en promociones. Ahora, más bien se estila el combo, lo que incluye un sándwich, las papas fritas y la bebida. Si estás a dieta, el vegetariano o hipocalórico parece una buena alternativa; consistente en algunas hojas de lechuga, rodajas semitransparentes de tomates y algunos granos de verduras cocidas, con pollo, huevo o atún, con un jugo o agua mineral. Ello puede ser una trampa mortal, ya que, a mitad de tarde, invariablemente, fenecerás de hambre. 

COMIDAS BAJAS
EN CALORÍAS

El sushi o la comida china son relativamente bajos en calorías, pero son más caros y también hay locales “alternativos” como el subway o la comida bufé.

Los cafés con piernas ya no se estilan, tiene que ser un café con Wifi y aire acondicionado, tipo Starbucks, donde debes alternar con estudiantes de todas las carreras, ejecutivos jóvenes y parejas homosexuales.

Muy importante es tener en cuenta que los locales aquí mencionados no son “picaderos”, sino lugares de trabajo. Si quieres conversar evita molestar al resto y pregúntale tus dudas a alguno de los empleados. Cuidando tu metro cuadrado lograrás sobrevivir y volver más adelante, para poder percibir los cambios que se irán gestando en el seno de nuestra emergente sociedad chilena.

 

 

 

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