La antigua saga bretona en clave centennial, con clara alegoría política acerca de los problemas actuales en las Islas Británicas… 
Por JOBLAR
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Alex (Louis Ashbourne Serkis) es un niño de 12 años que, huyendo de Lance (Tom Taylor) y Kaye (Rhianna Doris), descubre y saca de la piedra a Excalibur. Comprende que el poder que le da la espada puede ayudarlo a resolver sus problemas cotidianos, pero luego se da cuenta también que tiene una misión que cumplir y se la explica el mismísimo mago Merlín, que se presenta en aspecto juvenil (Angus Imrie), en aspecto “real” (Patrick Stewart) y como lechuza.
En realidad, Morgana (Rebecca Ferguson) se ha reanimado y viene directamente del Medioevo para destruir al mundo.
Acompañado por Bedders (Dean Chaumoo), un muchachito indio al que estaban torturando Lance y Kaye (que son de sexo y de raza distintos, lo que da pluralismo a su acción de matones) deberá asumir su misión de enfrentar y vencer al mal.
Hasta aquí todo bien, incluyendo la anécdota de que su padre abandonó el hogar y que la madre le ha hecho creer que le dejó un libro con la historia de los caballeros de la Mesa Redonda.
Sin embargo, la película puede tener una lectura alegórica para los adultos. Y, para ser aún más preciso, creo que se refiere —entre otras— a la crisis del Brexit. En efecto, se expresa la necesidad de que los enemigos se alíen contra el mal común y que la reconciliación en torno a un buen objetivo es posible.
El resto es entretención de matinée de otros tiempos.
(The Kid Who Would Be King. USA, 2019)
TRAILER DEL FILM:
“NACIDO PARA SER REY”
PRODUCCIÓN:
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