Un nuevo personaje presentado de manera del todo diferente a los otros mangas japoneses. Todos son actores de carne y hueso, pero algunos —empezando por la protagonista— se presentan “metamorfoseados” informáticamente. El ambiente social recuerda a otras obras ya clásicas de la distopía…
Por JOBLAR
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Hay películas que marcan un hito y ésta es una de ellas. Se siente la mano de James Cameron, que la produce (y escribe el guión, junto a Laeta Kalogridis) y que deja la dirección a cargo de un especialista del mundo del cómic en el cine: Robert Rodriguez.
En Iron City, durante 2563 (cuando han pasado 300 años desde la “caída”), el Dr. Dyson (Christoph Waltz) repara cyborgs en su clínica y busca piezas de repuesto que caen de la gigantesca estructura de Zalem, que está suspendida sobre la ciudad. Es así como encuentra restos de un cyborg de avanzadísima generación y los injerta en el cuerpo de una muchachita que debía ser su hija y de su ex esposa Chiren (Jennifer Connelly), también una científica genial que ahora colabora con los “malos”. Le da el nombre de Alita, pero no tiene memoria y ésta empieza lentamente a aflorar cuando participa en el Motorball, un juego violentísimo, que consiste en correr para apropiarse de un balón con agresiones de todo tipo. Además, decide entrar a formar parte del grupo de cazadores de recompensas de serial killers que roban componentes mecánicos de sus iguales y esto también remueve sus antiguas programaciones “cerebrales”.
Basado en el manga de Yukito Kishiro, el núcleo del relato es la búsqueda de identidad en un mundo donde la movilidad social no existe y la máxima aspiración consiste en sobrevivir e imponerse por sobre los demás. Contrariamente a otras distopías, la ciudad no es obscura, sino soleada y con edificios recargados de color, incluso con referencias a la arquitectura maya de Guatemala.
La inalcanzable Zalem —al igual que en historias parecidas— es el paraíso perdido.
Si Dyson es Geppetto, Alita (Rosa Salazar, la Lynn de Divergente y la Brenda de Maze Runner, “metamorfoseada” informáticamente como otros personajes) más que una Pinocchio es una criatura de Frankenstein que busca su autenticidad y necesita cariño. Se enamora de un muchacho humano (Keean Johnson), al que entrega literalmente el corazón, dejando en claro que —al igual que Buffy, la cazavampiros— es ella la que protege al macho y no viceversa.
Dejo de lado, por ahora, otros personajes, porque el final es abierto y queda claro que éste es sólo el primer capítulo. Y es un film “sui generis”, como lo mejor de Cameron y Rodriguez, capaz de regalar emociones fuertes y cautivantes escenas de acción, que no dejarán indiferente al espectador. ¡Excelente!
(Alita: Battle Angel. USA/Canadá, 2019)
TRAILER DEL FILM:
“BATTLE ANGEL: LA ÚLTIMA GUERRERA”
PRODUCCIÓN:
20th Century Fox LA
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