La historia verdadera de un accidente aéreo, que tuvo un final feliz gracias a la decisión y disciplina de un capitán y su tripulación. Película china ideológicamente correcta con un mensaje evidente: el esfuerzo colectivo prima por sobre el personalismo…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

El título original es El capitán y, efectivamente, se trata de la cabeza pensante que evita un desastre mayúsculo al guiar a un avión siniestrado y salvar incólumes a todos sus pasajeros y tripulación.

No es un tema nuevo, puesto que hace recordar la serie de películas inaugurada por Aeropuerto (Airport, de George Seaton y Henri Hathaway, 1970) y que tiene sus productos más recientes en Flight (de Robert Zemeckis, 2012) y Sully (de Clint Eastwood, 2016). Y son precisamente estos últimos dos los que llevan a una reflexión.

El cine estadounidense se ha construido sobre la figura del “héroe” que —solo o con poquísima ayuda— es capaz de superar todas las barreras y plegar los eventos a su favor.

O sea, como planteaban los renacentistas al leer a los clásicos, es el hombre capaz de imponer su “virtus”. Es lo que tradicionalmente se denominaba “el jovencito”, que no moría nunca y —en el caso del cowboy— no se le caía nunca el sombrero.

Esta película presenta una perspectiva muy diferente: lo que cuenta es el trabajo en equipo y todo el apoyo que se recibe desde afuera: operadores entrenados para el momento, torres de control, escuadras de salvataje y antisiniestros con vehículos flamantes y apropiados. Se cuenta con buena tecnología y el estoicismo de las trabajadoras y trabajadores es ejemplar. No se permiten lucimientos personales y otro rasgo importante es cómo las mujeres ocupan puestos de mando, son eficientes y son obedecidas: es paradigmático cuando la jefa de cabina pone orden, recordando que están preparados para enfrentar esa contingencia.

La película está basada en el aterrizaje de emergencia del vuelo 3U8633 de Sichuan Airlines ocurrido en mayo de 2018. Al resquebrajarse y romperse el parabrisas de la cabina de los pilotos, a 30 mil pies de altura sobre el altiplano del Tibet, 119 pasajeros dependen de la resistencia del avión y de los tripulantes. Pero, sobre todo, del capitán que debe mantener nervios de acero.

El director, Andrew Lau (Lau Wai-keung, 刘伟强) —que cumple proezas fotográficas en lugares tan reducidos, casi claustrofóbicos— contó con el apoyo de cientos de profesionales de la Administración de Aviación Civil China para recrear la esmerada labor que realizan.

No cabe duda que la película es ideológicamente correcta y se resume en lo que el capitán expresa para sí al final: “Respeten la vida, respeten el deber, respeten los procedimientos”.

¡Y, al que le venga el sayo, que se lo ponga!

(“Zhōngguó Jīzhǎng” / “The Chinese Pilot”, China 2019)
 

TRAILER DEL FILM:

“TERROR EN EL AIRE”

 PRODUCCIÓN:
Moviesthesia en Español

 

 

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