Una comedia para pasar el rato, sin mayores pretensiones ni estridencias. Los intérpretes hacen lo que pueden con un guión bastante frágil, pero agradable de seguir…
Por: José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Viendo el cartel publicitario y los nombres de Diane Keaton y Jeremy Irons, se puede pensar en una comedia al estilo de Alguien tiene que ceder (Something’s Gotta Give, de Nancy Meyers, 2003) o Cuatro bodas y un funeral (Four Weddings and a Funeral, de Mike Newell, 1994).
Sin embargo, esta simpática película de corte romántico se apoya en la longilínea Maggie Grace que, con 1,75 m, ha sido por tres veces la hija de Liam Neeson en su serie de Taken / Búsqueda implacable, entre 2008-2014.
Aquí es una chapucera organizadora de bodas, que recuerda a Bridget Jones, que adquiere mala fama por un episodio que ocurre a comienzos de la película y que la catapulta a la fama como una “destructora de bodas”.
Los hechos transcurren en pocos días y, casi por casualidad, cae en gracia de la prometida de un candidato a alcalde para organizar su fiesta de matrimonio. Y, con actores poco conocidos en cine, empiezan a desarrollarse una serie de historias paralelas con un humorismo mesurado, que no entra en lo chabacano ni en lo exagerado.
Se trata, es claro, de situaciones poco probables: un guía turístico que se enamora de una clienta y tiene como única pista para encontrarla una zapatilla de cristal (alusión a la Cenicienta) en su cuello; el hermano nerd del candidato que debe estar encadenado con una stripper (protegida de la mafia rusa) para ganar un millón de dólares en un concurso televisivo; los problemas para armar un grupo musical; las vicisitudes de la campaña municipal…
Todo coordinado y armonizado por Elle King, que entona melodías con su guitarra y va describiendo las diversas situaciones sentimentales.
¿Y dónde están Diane y Jeremy? Hacen lo que pueden con escuálidos personajes: una adulta mayor ciega y un banquetero de bodas egocéntrico a los que les han organizado justamente una “cita a ciegas”.
A pesar de lo exiguo del guión, son capaz de componer momentos agradables como el primer beso o el picnic en el parque.
En suma: para pasar el rato sin mayores pretensiones. Y —¡muy importante!— nada de desnudos gratuitos ni de violencia innecesaria. La acción escurre como en las comedias de los años ‘50.
(“Love, Weddings & Other Disasters”. USA, 2020)
TRAILER DEL FILM:
“Amor, bodas y otros desastres”
PRODUCCIÓN:
Gorosito TV
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