Homenaje al suplemento de diario que llega a ser revista autónoma con toda su variopinta realización semanal, de la que se aprecian los resultados al cobrar vida desde el papel y viceversa. Para verla con agrado se debe seguir la lógica del cómic, pero aplicada al reportaje. Tal vez hay una (in)consciente cita a René Magritte…

Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

Wes Anderson es uno de esos directores que el público espera y sigue. Tiene un estilo y lo desarrolla con maestría. Sus películas son un caleidoscopio que basta girarlo un poco para que las figuras cambien. Tengo presente obras como El gran hotel Budapest (The Grand Budapest Hotel, 2014) o la encantadora Moonrise Kingdom (2012), fuga de amor de dos niños, que evidencian la estructura de sus relatos: gran cantidad de personajes (interpretados por actrices y actores vastamente conocidos) que se mueven en un gigantesco tablero de ajedrez, que el realizador manipula a su antojo.

Y es precisamente el ajedrez el que juega un papel importante en La crónica francesa, puesto que —en un reportaje— las protestas contra el sistema se controlan gracias a una partida, cuya interrupción implica que intervenga de inmediato la fuerza pública.

Es una de tres historias más un obituario de Arthur Howitzer Jr., hijo del fundador y propietario del cotidiano “The Evening Sun” de Liberty (Kansas), interpretado por un Bill Murray que parece un recorte de la publicación. Las otras dos tienen que ver con un demente criminal que se sirve de su guardiana como modelo desnuda y con el rapto del hijo del jefe de policía.

En una producción de este tipo —que transcurre en la inexistente ciudad francesa de Ennui-sur-Blasé—, no podían faltar los homenajes. Éstos comienzan con uno dedicado a Jacques Tati y el edificio laberíntico, que recuerda a Mío Tío (Mon oncle, 1958), las reporteras aparecen con antiguas heroínas de la máquina de escribir (al estilo de Gertrude Stein), mientras que, en el episodio del cocinero y el rescate del niño, se pasa sin aviso a un cómico animado que me recordó a Las trillizas de Belleville (Les triplettes de Belleville, de Sylvain Chomet, 2003), pero sobre todo a las historietas de Tintin y los dibujos de Bob de Moor, en particular de ese Monsieur Tric, que en Chile conocimos como Don Toribio.

Esta realización, en su aparentemente absurdidad, me recuerda el cuadro de René Magritte: “Ceci n’est pas une pipe!”. En efecto, se puede decir “¡Esto no es un reportaje, esto no es obituario!”.

Y es bueno que el espectador, por lo menos una vez, lo tome en cuenta.

(“The French Dispatch”. USA 2021)

 

TRAILER DEL FILM:
“LA CRÓNICA FRANCESA” 

 PRODUCCIÓN:
FilmSelect Español

 

 

 

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