Buen suspenso para un relato previsible, pero bien fotografiado y que atrapa mientras se espera que las protagonistas sobrevivan o perezcan. No recomendable para los que temen las alturas y tengan problemas de adrenalina…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

Esta película tiene la garantía del chiste viejo y repetido, pero que —bien contado—, divierte y entretiene. ¡Y qué entretención!

De hecho, me trajo a la memoria dos films que vi en mi adolescencia: El tercer hombre en la montaña (Third Man on the Mountain, de Ken Annakin, 1959, con James MacArthur y Janet Munro), y Los cañones de Navarone (The Guns of Navarone, de J. Lee Thompson, 1961, con Gregory Peck y Anthony Quinn). En la primera, por la valentía de un joven que espera conquistar el monte Matterhorn (o Cervino); y la segunda, por el “mítico” episodio de la gaviota cuando los “héroes” escalan el acantilado.

El título en castellano induce a error, puesto que lleva a pensar en el clásico homónimo de Alfred Hitchcock (1958), o en la alteración del equilibrio por mareo. En este caso, Fall tiene que ver con el descenso, con el descender, que es justamente el drama de las dos jovencitas que suben a una antena de 2.000 pies (609,6 metros), y después no pueden bajar.

Todo comienza con un accidente, que le cuesta la vida a Dan, el joven esposo (Mason Gooding), de Brenda (Grace Caroline Currey), que cae en un estado depresivo al parecer irrecuperable (otra metáfora de Fall).

Acude a rescatarla Hunter (Virginia Gardner), su “amiga del alma”, que le propone esparcir las cenizas de Dan desde una antena abandonada en completo despoblado.

Lo que ocurre es previsible: se quedan aisladas en lo alto y comienza una operación de supervivencia en la que, incluso algunos buitres, recuerdan al espectador que sólo los más capacitados pueden seguir adelante. Y el suspenso se mantiene con los recursos clásicos: una inútil posibilidad de rescate, el fracaso de las oportunidades de pedir ayuda, pero —sobre todo—, el instinto vital, a pesar incluso de una fuerte desilusión de Becky.

De Scott Mann, comenté hace años Bus 657 (Heist, 2015), que era definitivamente, una producción menor, a pesar de la presencia de Robert DeNiro.

En esta ocasión, el relato es muy simple, pero la fotografía resulta excelente, sobre todo por las extremas condiciones en que se maneja: picados y contrapicados se suceden con veloces primeros planos e inquietantes primerísimos primeros planos (como los de los tornillos que se sueltan). Y la música ayuda a desequilibrar los nervios.

La precariedad de los medios de ayuda y salvación me hizo recordar la de algunas películas extremas, como Apolo 13 (Apollo 13, de Ron Howard, 1995), y una de las protagonistas recuerda a MacGyver, el taumatúrgico agente de la Fundación Phoenix, cuya principal arma era la inteligencia.

¡Mucha producción de adrenalina!

(“Fall”. USA, 2022) 

TRAILER DEL FILM:

“VÉRTIGO” 

PRODUCCIÓN:
Zima Entertainment 

 

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