Excelente como película, combina historia con ficción y drama con comedia. Al mismo tiempo, recurre al habitual expediente de servirse de una gran cantidad de figuras cinematográficas que el espectador puede ir reconociendo en la medida que aparecen…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
El relato se presenta como un hecho ya acontecido, que se recuerda a través de sucesivos flashbacks que fluyen sin entorpecer ni enredar el desarrollo de la trama. Ésta se presenta con un color sepia que refleja esos años ‘30 en los que el fascismo y el nazismo estaban avanzando en el mundo, sin encontrar mayores obstáculos.
El esqueleto narrativo se funda en la estrecha amistad de tres personas, que se conocieron en la Gran Guerra: un médico (Christian Bale, como siempre excepcional), un abogado (John David Washington, hijo de Denzel, protagonista de Tenet, de Christopher Nolan, 2020), y una excéntrica enfermera (Margot Robbie, conocida como Harley Queen, entre otras caracterizaciones).
Este trío me recuerda dos exitosas películas de hace algún tiempo: Nos habíamos amado tanto (C’eravamo tanto amati, de Ettore Scola, 1974), y The Dreamers (de Bernardo Bertolucci, 2003).
Y me explico de inmediato: porque no se trata tanto de cercanía sexual cuanto de la circunstancia de estar juntos, lo que genera una convivencia aún más fuerte, que se funda en afinidades vitales y experiencias que se han compartido.
Y el lugar dónde ese “menage à trois” maduró fue en la ciudad de Ámsterdam, lo que justifica el título de una cinta, que tiene un fuerte cariz político-policial y que transcurre, verdaderamente, en Nueva York.
En síntesis: una autopsia revela que el antiguo general, que organizó el pelotón en el que los varones participaron, ha sido asesinado y el móvil se desconoce. Además, su hija es arrojada bajo las ruedas de un automóvil para incriminar a los dos amigos. La reaparición de la enfermera, cumpliendo un rol muy diferente, ayuda a empezar a resolver la intriga en pleno funcionamiento.
Con un lenguaje cinematográfico envolvente, el espectador vislumbra un complot urdido por un poderoso grupo de empresarios multimillonarios que quieren manejar a Estados Unidos y a todo el mundo, estando en relación con fuerzas políticas internacionales.
Yo llego hasta aquí, dejando en claro que es ya una de mis candidatas para Mejor Película del Año 2022. La dirección artística es espléndida y las actuaciones de primer orden. En particular, la caracterización de Bale, a quien se ve en diferentes etapas de su vida con todas sus aprehensiones y proyectos inconclusos.
Washington y la Robbie constituyen una pareja interracial que sirve de ejemplo a lo que será el eslogan de 1968: “Seamos realistas, pidamos lo imposible”.
En suma: dos horas de entretención al mejor estilo de Agatha Christie, pero con la sápida mirada de un director como David O. Russell que sigue riéndose de las fuertes contradicciones de su país (prejuicios, socarronería, oportunismo), como ya lo hizo en El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook, 2012), y La gran estafa americana (American Hustle, 2013).
(“Amsterdam”. USA, 2022)
TRAILER DEL FILM:
“AMSTERDAM”
PRODUCCIÓN:
20th Century Studios LA