Este episodio remarca más que nunca la calidad de videogame del relato. Así el espectador va superando las etapas, mientras en paralelo se desplazan los asesinos altamente especializados…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
“¡La única, la verdadera, la esperada por todos!”
Así exclamaba la publicidad de una tienda comercial de Santiago de Chile anunciando su liquidación semestral. Y así podría publicitarse el regreso de cada capítulo de las aventuras de John Wick. De éste pueden encontrar informaciones en mis comentarios de las películas anteriores: es un asesino despiadado, una especie de monstruo dormido que despertaron y cuyo oficio ahora es matar para que no lo maten.
Planteado así, debería ser un personaje negativo. Pero no lo es. ¿Por qué?
En primer lugar, Keanu Reeves (que trae al recuerdo el Neo de The Matrix), es un “mino” simpático y tanto los espectadores como las espectadoras no quieren que le pase nada malo. En segundo lugar, porque mata por defensa propia. En tercer lugar, porque mata a los que son más malvados que él. En cuarto lugar, porque es capaz de echarse encima a todo el mundo sin que le pase nada. En quinto lugar… ¡Propónganlo Ustedes!
En todo caso, sugiero porque éste es un mundo ficticio, construido como un videogame. No es posible que haya una balacera en París en torno al Arco de Triunfo, con decenas de automóviles que pasan y la ausencia de la policía. O que deba subir los peldaños que llevan al Sacre Coeur enfrentando a decenas de sicarios armados, como si fueran figuritas de Pac-Man.
Todo empieza en el desierto con el asesinato del Anciano para seguir una serie de etapas en los que deberá enfrentarse a peligrosos personajes. La Gran Mesa ha dado plenos poderes al Marqués de Gramont (un sobreactuado Bill “Pennywise” Skarsgård), para que ponga orden en el mundo delicuencial. Y empieza por destruir el Hotel Continental de Winston para poner luego la vida de Wick a un altísimo precio.
En esta cacería van a participar sus matones de terno gris, el asesino ciego Caine (el actor chino Donnie Yen), y el killer The Tracker (Shamier Anderson), acompañado de su perrita, porque los canes no pueden faltar.
Wick deberá también dirigirse a la Ruska Roma para ser readmitido y poder enfrentar en duelo al marqués. Para ello, tendrá que vencer al siniestro Tilla (Scott Adkins), sanguinario dueño de una discoteca repleta de drogados danzarines. Y seguirá dejando una estela de muerte, que incluye a su amigo Shimizu (Hiroyuki Sanada), director del Continental de Osaka.
Tendrá el apoyo del ya conocido Rey de la Bowery (Laurence Fishburne), que al comienzo recita los versos del Canto III del Infierno de la Commedia de Dante, que corresponden a la Puerta del Reino de los Condenados.
Son dos horas 49 minutos que no se sienten para nada. ¡Y hay bonus track!
(“John Wick: Chapter 4”. USA, 2023)
TRAILER DEL FILM:
“JOHN VICK 4”
PRODUCCIÓN:
SENSACINE TRAILERS
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