Película al estilo de los años ‘50 con la violencia de los años ‘90. Regresan algunos de los mercenarios para una misión poco creíble, pero gustará a los que siguen la franquicia. La “indestructibilidad” es de matinée o de serial episódica…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
Vuelve el grupo de los mercenarios, dirigidos por Barney Ross (Sylvester Stallone), pero —en realidad—, liderados por Lee Christmas (Jason Statham). Las razones precisas no puedo decirlas aquí, porque me comprometí a no escribir spoilers.
Se supone que todo empieza en Libia, donde un grupo terrorista ataca un puesto mal vigilado y vulnerable en el que se “custodian” detonadores de armas nucleares que han sido robadas. Los defensores son ineptos y los atacantes sanguinarios sin escrúpulos.
Después de este prólogo, un personaje, cuyo rostro no se muestra, sube a una motocicleta teniendo en su mano un cigarro que deberá llevarse a los labios y —cual Pete ‘Maverick’ Mitchell, de Top Gun—, parte raudo hacia la carretera, pero no para probar un avión supersónico. La verdad es que busca a su amigo Christmas para que rescate, en un bar de mala muerte, un anillo que perdió en una apuesta. Y éste —cumpliendo con su ya experimentada labor de “transportador”—, recuperará la “joya”, además de hacer papilla a los malacatosos.
A la que no puede sobreponerse, en cambio, es a Gina (Megan Fox), que es su actual pareja, y a la que voy a referirme más adelante.
La siguiente etapa es recuperar los detonadores en una acción no reconocida por el gobierno de los Estados Unidos y monitoreada por un agente de la CIA, que interpreta —totalmente fuera de lugar—, un buen actor como Andy García (ya validísimo como el George Stone de Los intocables, de Brian de Palma, 1987, y el Vincent Mancini de El Padrino III, de Francis Ford Coppola, 1990).
Buena parte de la acción transcurre en un buque, lo que recuerda Escape imposible (Escape Plan, de Mikael Håfström, 2013), y la violencia es desatada como corresponde a una película R. El resto es una película de matinée de los años ‘50 con los condimentos de los años ‘90. Un guiso, para mi gusto, mal aderezado, pero que seguramente contentará a los fanáticos de la franquicia.
Y mi prometida mención a Megan Fox. Esta morenita de 37 años, de 1.63 m y de ojos azules, que sufre de dismorfia corporal (es decir, no soporta su cuerpo), tiene bien poco que aportar fuera de caricaturizar el tipo de Salma Hayek con su Sonia, en Duro de cuidar (The Hitman’s Bodyguard, Patrick Hughes, 2017), y sobre todo la segunda parte (Hitman’s Wife’s Bodyguard, del mismo director, 2021).
Más que las armas, su especialidad es lucir sus pectorales con generosos escotes.
Más simpática resulta la pseudoasiática rubiecita que, teñida de rubio, no tiene inconveniente en querer comprobar el tamaño del miembro de uno de sus camaradas, mientras orina. ¡Todo muy fino, como se puede apreciar!
(Expend4bles. USA, 2023)
TRAILER DEL FILM:
“LOS INDESTRUCTIBLES 4”
PRODUCCIÓN:
FilmSelect Español
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