Dos jovencitas al límite de la supervivencia, mientras una trata de rescatar a la otra que está atrapada en las profundidades marinas…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
Por la publicidad, ya se sabe de qué trata la película. Además, es un remake de la producción sueca – noruega – belga Atrapada en las profundidades (Breaking Surface, de Joaquin Hedén, 2020) y la mayor novedad es que está filmada en Malta, como la reciente Luzzu (de Alex Camilleri, 2021).
Dos hermanas, de cuyas vidas se van enterando l@s espectador@s, por los fugaces flashbacks, las imágenes mnémicas y las conversaciones, van a bucear a un lugar deshabitado. Han previsto todo, menos los eventos naturales, puesto que —cuando están a 28 metros de profundidad—, se produce un desprendimiento de rocas y una de ellas queda atrapada en el fondo. Y ahí empieza una carrera contra el tiempo, que tiene que ver con la duración del aire comprimido que cada una porta.
Ése es el relato y no es necesario que siga adelante, porque se da por descontado que el rescate no va a ser fácil, sobre todo cuando, por esas vicisitudes del destino, todo parece salir mal.
Y la interpretación de las protagonistas no resulta sobreactuada, lo que es un aspecto sin duda positivo.
Sophie Lowe (1990), es inglesa crecida en Australia y Louisa Krause (1986), es estadounidense. Han crecido separadas: al parecer, perdieron al padre y una vive con la madre. Se siente rivalidad, pero también amor filial.
Se trata de una película que es mejor ver que contar. Por ello, me permito hacer una breve reflexión acerca de este tipo de producciones, que se han hecho frecuentes, que tienen muchas características en común y cuyas críticas pueden ser leídas en el archivo de www.candilejas.cl.
En primer lugar, se trata siempre de mujeres jóvenes que se meten en líos por impericia o por deseo de emociones fuertes. En segundo lugar, están lejos de lugares poblados. En tercer lugar, siempre aparece alguien, pero que no las ve o no presta ayuda.
Y me viene a la mente de inmediato Vértigo (Fall, de Scott Mann, 2022), con dos muchachas atrapadas en una antena ubicada en un lugar desértico. En ámbito subacuático, están A 47 metros (47 Meters Down, de Johannes Roberts, 2017), seguida por Terror a 47 metros: El segundo ataque (47 Meters Down – Uncaged, de Johannes Roberts, 2019).
En ambos casos, los depredadores son tiburones; en la segunda película están como señuelos Corinne Fox (hija de Jamie) y Sixtine Rose Stallone (hija de Sylvester) para dar la connotación de splatter.
Pero en Amenaza bajo el agua (Black Water: Abyss, de David Nerlich y Andrew Traucki, 2020), se trata de un grupo mixto asediado por cocodrilos y en Demonio negro (The Black Demon, de Adrian Grunberg, 2021), de un grupo familiar y un escualo monstruoso.
(The Dive. Alemania, 2023).
TRAILER DEL FILM:
“SIN AIRE”
PRODUCCIÓN:
SensaCine Trailers
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