Inolvidable visita al Museo José Guadalupe Posada de Aguascalientes, gran ilustrador mexicano que desafió a la muerte con sus famosas Catrinas, y quien se convirtió —en su tiempo—, en un satírico cronista urbano…
Por Francisco LEAL DÍAZ
Agradecimientos a Emiliano Leal Sorriente, para la realización de este reportaje.
Turistas posan junto a la famosa Catrina de Posada.
José Guadalupe Posada, singular artista de la sátira, considerado el padre del arte moderno mexicano, desafió a la muerte sin pudor mediante sus creativas sátiras ilustradas. Con trazo firme, le dio vida a la Catrina, una esquelética figura femenina de coqueta sonrisa y cautivadora fortaleza, luciendo vestimentas seductoras, provocativas, muchas veces sensuales. Pero, no deja de ser un esqueleto.
El impacto de la Catrina no sólo se diseminó entre los mexicanos, sino que se internacionalizó con rapidez. En Chile, por ejemplo, hay tiendas con exclusivas figuras de la Catrina, insertas en un entorno auténticamente mexicano.
Lo increíble es que Posada, de tanto reírse de la muerte con desafiantes y disímiles figuras legendarias de la Catrina, sin duda se convirtió en un ilustre personaje inmortal.
INOLVIDABLE VISITA
Visitar el famoso Museo José Guadalupe Posada, inaugurado en 1972 en Aguascalientes —cálida ciudad situada en el corazón de México—, implica penetrar en el mundo prodigioso de la Catrina, esa tan personal calaca erigida por el gran ilustrador político mexicano, José Guadalupe Posada.
Hace un par de semanas estuve en este Museo de visita, y me sorprendí in situ de la maestría y versatilidad de Posada, observando acuciosamente sus históricos grabados con los cuales se ha ganado el título de “el artista político más famoso de México”.
Y esta calificación es absolutamente correcta, pues aparte de crear la magnífica figura de la Catrina, Posada incursionó con audacia en los acontecimientos históricos y políticos de su tiempo.
Con sus alucinantes grabados, Posada logró retratar los sucesos de aquellos días, convirtiéndose en un atrevido cronista urbano.
Por cierto, agradezco infinitamente las gestiones de mi hijo Emiliano, quien supo guiar mis pasos para traspasar un día inolvidable, el fascinante mundo de José Guadalupe Posada y su fantástica Catrina, tomados ellos orgullosamente del brazo, para ilustrar la historia de su país.
Así, con la Catrina aferrada de la mano, José Guadalupe se aproximó al abismo de la muerte sin vacilaciones, sin temor ni recelos; entabló férreos lazos de amistad, consecuente con la histórica actitud del pueblo mexicano frente a la muerte. Posada convive con ella, comparte la cotidianeidad, y de esta simbiosis germina una gran familia de calaveras, calacas versátiles, exponiendo así una sociedad disímil, multicultural y multifacética, la que satiriza cabalmente el entorno vigente.
La cálida y bella ciudad de Aguascalientes —a 500 kilómetros por carretera de Ciudad de México—, ostenta con orgullo ser la cuna del nacimiento —el 2 de febrero de 1852—, de José Guadalupe Posada. No obstante, su innato talento lo impulsó a trasladarse a Ciudad de México en 1888, intentando superar momentos apremiantes de su vida. Su ímpetu creativo lo impulsó a probar suerte como ilustrador en una casa editorial, acicateado por la imperiosa necesidad de mitigar sus carencias existenciales.
Con sus singulares trazos ironizando la contingencia social y noticiosa, logró descollar en corto tiempo. Su suspicaz ironía a través de sus diseños, fue factor prioritario para lograr un punzante estilo periodístico mordaz, a través de la sátira política. Tal vez, sin proponérselo, fraguó una atrevida corriente noticiosa que erosionó, incluso, hasta los cimientos políticos y gubernamentales de la época.
Con su innato talento ilustrativo a cuestas, José Guadalupe Posada irrumpió en la noticia y rompió con todos los moldes existentes en los periódicos de la época.
POSADA EN PRIMERA PLANA
Recorriendo en Aguascalientes este histórico y apasionante Museo, leo con asombro las portadas de algunos periódicos de la época ilustrados por Posada. En un título leo con sorprendente interés: “Asalto al tren de Cuernavaca. Por los excecrables bandidos Zapatistas. ¡82 muertos y 17 heridos!”
Más allá, en otra portada exhibida de un periódico de la época, un gran titular llama mi atención: “La muerte de Emiliano Zapata”. La ilustración de Posada es magnífica y elocuente, con un relato periodístico, tal vez, muy fidedigno.
En otra primera plana, José Guadalupe Posada ilustra la llamada “Decena trágica”, con un extenso relato sobre tales acontecimientos.
Y, claro, no podrían faltar en las ilustraciones de los periódicos de la época, aquí expuestos, la infaltable Catrina, memorable calaca ilustrando alguna noticia del momento, particularmente para la celebración del Día de Muertos.
TECNICA DEL GRABADO
El Museo José Guadalupe Posada de Aguascalientes resulta tan atractivo, que además pude observar allí, en otras salas, cómo algunos maestros enseñan a sus alumnos la técnica del grabado, la misma que popularizó y utilizó Posada en sus trabajos, hoy en día tan codiciados por los coleccionistas y promotores de obras de arte. Pues, sin duda, los trabajos artísticos de José Guadalupe son verdaderas obras de arte.
Pudimos observar un trabajo meticuloso, con un cuidado religioso de principio a fin, una faena pulcra y de certera calidad. Estos maestros continuadores y perpetuadores de esta singular técnica, siguen y cumplen los rituales impuestos por Posada, en las distintas etapas que requiere la producción de un grabado al estilo de Posada.
OTROS EXPONENTES
Pero el Museo José Guadalupe Posada de Aguascalientes es, además, generoso en su propuesta artística. Existe una sala especial destinada a exponer otros talentos artísticos de México. Durante mi visita, esta sala presentaba “El México de Pablo O‘Higgins”, artista mexicano de acentuada sensibilidad social.
Se exponen allí magníficas litografías a lápiz del mencionado autor, que datan, la mayoría, de la década del ‘70. Pertenecen a la “Colección Museo Posada”.
A modo de catálogo, se explica en un panel: “Los niños de Pablo trabajan, acompañan a sus padres en duras faenas, cumplen con las responsabilidades productivas, características del trabajo de la división familiar”.
Les comparto aquí, estimados lectores, algunas de las litografías que me impresionaron gratamente de Pablo O‘Higgins.
Pescador con su hijo, Litografía a lápiz, 1978.
Artículo 123 Constitucional, Litografía, 1973.
Don Lupito (pepenador), Litografía Blanco y Negro, 1973
PERÍODOS EVOLUTIVOS
Finalmente, debo señalar que este magnífico Museo no sólo nos ha expuesto la vida y obra de este grandioso creador mexicano, ilustrador por naturaleza del México de su tiempo, con vicisitudes históricas trascendentales, de efervescencias sociales, sin duda períodos evolutivos para construir, finalmente, la gran nación que hoy es México.
En tal efervescencia se forjaron hombres y mujeres de admirable talento, como el caso de José Guadalupe Posada, fallecido en Ciudad de México el 20 de enero de 1913, y cuyos restos escoltados por una refulgente Catrina, yacen en el Panteón de Dolores.
Ciertamente, José Guadalupe Posada logró vencer a la muerte con sus Catrinas y sus calaveras legendarias. Todo ello, precisamente, lo ha situado en la cripta de la inmortalidad.
El autor de este reportaje, Francisco Leal Díaz, saluda amistosamente a la famosa Catrina, durante su reciente visita al Museo José Guadalupe Posada en Aguascalientes.