“LA OTRA CARA DE LA LUNA” — JOBLAR COMENTA ESTRENOS DE CINE

Una comedia sentimental que plantea de manera adjetiva la ya antigua temática del “complot” con respecto a la transmisión de la caminata de los astronautas del Apolo XI…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

 Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

Hace más de una década que mostré a mi alumnado en una Escuela de Periodismo un documental (catalogado como “ficción”), que presentaba la transmisión de la caminata de los astronautas sobre la luna como un montaje realizado en un estudio y dirigido nada menos que por Stanley Kubrick, ya famoso por su 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, 1968).

El histórico evento se transmitió a todo el planeta el 21 de julio de 1969 a las 2:56 (hora internacional), desde el sur del Mar de la Tranquilidad, seis horas y media después del alunizaje.

Casi de inmediato empezó la leyenda de la falsificación. Recuerdo que se dijo que, aquí en Chile, un grupo de campesinos había recurrido a un señor cura porque en la televisión decían que habían puesto una bandera en la luna y ellos allí no veían nada.

El documental en cuestión era convincente y no sólo seguía la misteriosa desaparición de los implicados en el presunto montaje, sino que también advertían que Kubrick se había enclaustrado y ya no concedía entrevistas.

Mis alumnas y alumnos preguntaron mi opinión y yo —que había reflexionado al respecto—, dije que creía que la caminata había sido real y también el sonido, pero no las imágenes, que parecían de estudio. Una solución salomónica, pero que me parecía correcta.

Como es la posición que mantengo hasta el día de hoy, no me extrañó que se propusiera en esta película, sólo que en ella esta hazaña se presenta como adjetivo de una comedia sentimental con una irreconocible Scarlett Johansson (en el rol de una estafadora consumada), y un Channing Tatum (como el director del programa de lanzamiento, en su maqueta de “mino” candoroso).

A ellos se agrega un Woody Harrelson que “ejecuta” un personaje al mejor estilo de Robert Duvall.

Con una producción “a todo trapo”, se reconstruye el ambiente de películas del tipo Apolo 13 (Apollo 13, de Ron Howard, 1995): hay un gran despliegue de instalaciones y tecnología, centenares de extras y una adecuada banda sonora con música de moda en ese tiempo. Todo influye para dar el máximo de veracidad al relato, que se desarrolla con gran sentido del humor sobre todo en lo que se refiere a la preparación televisiva del falso acontecimiento.

No es una novedad que se hable mal de Nixon, que se sabe ya tenía grabado un mensaje por si la empresa fracasaba, pero sí las diversas estrategias para convencer uno a uno a los senadores para que voten a favor de la empresa. A ellos les interesaba favorecer a sus electores o tenían sus propias ideas al respecto, pero queda claro que la Razón de Estado (“hay que ganarles a los rusos en la carrera espacial”), pasa a segundo plano ante las preferencias de cada uno.

Y es que, si se piensa bien, todo ese dinero invertido no tenía un valor inmediato desde el punto de vista financiero.

Y un spoiler: en la película no hay sexo desatado, pero los besos son precisamente “de película”.

(Fly me To the Moon. Gran Bretaña / USA, 2024) 

TRÁILER DEL FILM:
“LA OTRA CARA DE LA LUNA”

 PRODUCCIÓN:
Sony Pictures México

 

 

 

 

 

 

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