Con guiños al Woke y muchos cameos, se plantea también una nueva tendencia a la aceptación del afirmarse de la naturalidad del Mal en la sociedad…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

Cuando el mundo Marvel se estaba poniendo muy aburrido, aparece esta película que junta a dos personajes que ya se habían encontrado un tiempo atrás. Y, al parecer, los productores dieron en el clavo, puesto que la respuesta en la taquilla ha sido satisfactoria.

Es un hecho que Avengers: Endgame (2019) cerró un arco narrativo de 11 años y 22 films. Los proyectos posteriores, cuyos nombres evito por exigencias de espacio, han dejado la impresión de una franquicia caótica y repetitiva. La adquisición de la 21st Century Fox por parte de Disney ha permitido que, paradojalmente, el Marvel Cinematic Universe relance a Deadpool, un personaje chocarrero y prohibido para los menores de edad.

No entro a resumir el relato, puesto que de eso pueden encargarse los especialistas del género y, además, sus fans prefieren disfrutar de éste sin adelantos o spoilers de tipo alguno.

Lo que me ocupa, en cambio, es —como siempre—, identificar algunos elementos semióticos que buscan hacer efecto en los espectadores y las espectadoras, a veces de forma evidente y otras de manera subliminal.

En mi opinión, el principal elemento está constituido por un guiño al mundo woke con una clara apología del mundo homosexual, que se expresa sobre todo en la relación entre un coprolálico Deadpool y un escorbútico Wolwerine.

Es así como en varios momentos hay insinuaciones sodomíticas (como cuando ambos están amarrados juntos) y ocurrencias lingüísticas del tipo: “es como si Pinocchio me ensartara la cara en el culo y empezara a decir mentiras”.

El mundo homosexual se expresó solapadamente en el cine mucho antes que actores y actrices “salieran del closet”.

Me bastan sólo algunos ejemplos en tres películas archiconocidas: Montgomery Clift y John Ireland en Río Rojo (Red River, de Howard Hawks, 1948), Charlton Heston y Stephen Boyd en Ben Hur (de William Wyler, 1959) y Henry Fonda con Anthony Quinn en Pueblo embrujado (Warlock, de Edward Dmytryk, 1959).

En este caso, la vulgaridad llega al extremo de publicitar, en el merchandising, el llavero partido con la leyenda “acabaron juntos”.

Motivado por tanta grosería y palabrotas que exornan la cinta, me acordé de un sketch del “Picaresque” en el que la “actriz” salía con el cómico de la escena para ser interrogada y regresaba exclamando: “¡Acabamos juntos el interrogatorio!”. Por otro lado, no se requiere mayor estudio de Freud para identificar un símbolo fálico en la reluciente calva de la villana Cassandra Nova.

La cuarta pared funciona a la perfección y una de las mejores gags está constituida por el ícono de Fox enterrado en el desierto de Mad Max como la Estatua de la Libertad en El planeta de los simios (Planet of the Apes, de Franklin J. Schaffner, 1968).

Pero hay otro elemento que es sumamente atractivo para los seguidores de los diferentes personajes: el de los cameos.

Me imagino que pocos pueden disfrutar de La vuelta al mundo en 80 días (Around the World in 80 Days, de Michael Todd, 1956), como el público de los años de estreno cuando era posible reconocer los 53 cameos que allí aparecen. Lo mismo puede decirse de El mundo está loco loco loco loco (It’s a Mad Mad Mad Mad World, de Stanley Kramer, 1963), en la que los cameos y pequeños roles sumaban más de 60 y muchos no pude identificar, porque eran artistas de televisión.

En Deadpool & Wolverine me declaro incapaz al respecto, sobre todo porque en ciertos momentos de la proyección escuché aplausos y no supe por qué.

Beata ignorancia de un cinéfilo que hace muchos años comprendió que no podía abarcarlo todo. Sin embargo, hay tendencias e ideologías que soy aún capaz de percibir. La figura del “malo” se está revalorizando fuertemente y su presencia en la sociedad (verdadera o ficticia), se está constituyendo casi en una necesidad. Y no se queda atrás la DC Entertainment con la revalorización de personajes como el Joker.

( Deadpool y Wolverine . Estados Unidos, 2024). 

TRÁILER DE LA PELÍCULA:
“DEADPOOL & WOLVERINE” 

 PRODUCCIÓN
Marvel Latinoamérica

 

 

 

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