Muy buena película coreana de terror, que se divide en dos partes muy netas, mezclando sincréticamente tradiciones orientales y religión cristiana. Adecuada música y efectos visuales consiguen su objetivo de intranquilizar a l@s espectador@s…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
Los romanos hicieron desaparecer a los etruscos no con el genocidio planificado, sino trasladándolos, asimilándolos y destruyendo sus ciudades.
Sin embargo, conocemos su civilización porque sus dominadores no se atrevieron a tocar sus necrópolis, que son el principal testimonio de su paso por la historia: los conquistadores de todo el Mediterráneo no se atrevían a lidiar con los muertos.
Ésa es una lección que han tenido siempre muy clara en Oriente y esta película coreana —ambientada en nuestros días—, lo demuestra.
El joven director, Jang Jae-hyun (1981), presenta en su película Pamyo (que en realidad significa “excavación”), a expertos en feng shui (sistema taoísta en ocupación armónica del espacio, sobre todo en la relación de viento y agua), que deben ocuparse de la reubicación de una misteriosa tumba que se encuentra en un parque abandonado.
Todo empieza en un avión que se dirige a Los Ángeles, Estados Unidos, conduciendo a la joven chamana, Hwa-rim, y su ayudante, Bobg-gil, para asistir a la millonaria familia Park que allí reside. Su hijo primogénito sufre de una extraña enfermedad y Hwa-rim percibe que su origen se encuentra en una antigua maldición familiar que se podría bloquear destruyendo los restos del antepasado que la generó.
De regreso a Corea, se dirige al norte de la provincia de Gangwon-do para exhumar la tumba del responsable de esta epidemia familiar. Para ello, requiere de la participación de un geomante (experto en encontrar tierra, así como el rabdomante es experto en encontrar agua), que trabaja con un asistente, lo que constituye una simpática pareja.
La verdad es que ambos lucran con remover tumbas, en cuyos terrenos se puedan construir proyectos inmobiliarios.
Pero esta vez se trata de algo serio porque el geomante Kim Sang-deok, desiste en un primer momento, pero es convencido por una gran suma de dinero. La exhumación se lleva a cabo gracias a que la más antigua miembro de la familia da su consentimiento, con tal que el ataúd se creme sin extraer el cuerpo. Pero la codicia ajena puede más y eso provoca una tragedia.
Esa es la primera parte, porque —en realidad—, la película puede dividirse en dos actos, además de los varios cuadros que se ofrecen con sus títulos correspondientes.
Además de un extraordinario ritual de exorcismo chamánico, se tocan las altas cumbres de espectacularidad conseguidas por maestros como Akira Kurosawa o Kon Ichikawa. Música y efectos especiales funcionan a la perfección, para intranquilizar y recordar que los fantasmas bélicos son los más difíciles de erradicar.
(Pamyo. Corea del Sur, 2024)
TRÁILER DEL FILM:
“Exhuma”
PRODUCCIÓN:
Franklg
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