LANZAMIENTO DEL LIBRO “HISTORIA DEL CÓMIC EN CHILE”

El autor, Moisés Hasson, no se cita a sí mismo ni a otros autores. Con ello, consigue que se tenga una obra compacta en la que se identifica sólo a los dibujantes y argumentistas, con sus datos biográficos y bibliográficos…

Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

Leer “HISTORIA DEL CÓMIC EN CHILE”, de Moisés Hasson, me hizo recordar la frase de Alicia a su hermana antes de quedarse dormida y entrar en el País de las Maravillas: “¿De qué sirve un libro sin dibujos?”.

Quiero dejar en claro que también la cita Henrik Van Loon en su “HISTORIA DE LA HUMANIDAD” y creo que Lewis Carroll tenía razón: un libro sobre el cómic sin dibujos no tendría razón de ser y éste que estoy comentando está ilustrado en más del 50%. Y no es para menos, puesto que abarca un período de 142 años.

Hace pocos días se efectuó su lanzamiento en la Región Metropolitana y volví a ver a Hasson después del paréntesis de la pandemia. Fue una grata sorpresa recibir su invitación y constatar que había logrado una publicación de carácter internacional gracias a un acuerdo con NautaColecciones Editores y Ediciones Marmotilla, de España. Además, en Francia, apareció en 2023 su “Histoire de la  BD au Chili”.

El volumen se divide en diez secciones que tocan cronológicamente los varios géneros (chistes, historietas, portadas), y estilos (político, picaresco, deportivo, aventuras), en los varios medios, sobre todo diarios y revistas.

La narrativa es transversal y se identifica tanto a las creaciones chilenas como a las extranjeras. Asimismo, están presentes los creadores nacionales e internacionales: de la consolidación de estilos  (1937-1961), se encoge el espacio para el humor (1962-1973), y se establece una Edad de Oro (1962-1975).

Admisible o no, resulta indudable que constituye una instancia de debate para el ahora denominado 9º arte.

Para uno como yo, nacido en la primera mitad del siglo XX, la cantidad de recuerdos ha sido innumerable. Aprendí a leer con las revistas y los diarios. No sólo: además de todo lo que vi cuando niño algo aparecía en los kioscos, estaban las colecciones de revistas que tenían mi mamá y mi abuela materna. Y después vienen mis propias investigaciones por interés personal y como profesor de Historia del Periodismo en la USACH. Sin olvidar que he editado mis propios libros.

Y ése es un último detalle importante. Hasson no se cita a sí mismo ni a otros autores. Con ello, consigue que se tenga una obra compacta en la que se identifica sólo a los dibujantes y argumentistas, con sus datos biográficos y bibliográficos. Esto es, no cansa a la lectora o al lector con constantes llamados o citas a pie de página.

Para eso están sus otros trabajos, que combinan la descripción detallada con la erudición.

 

 

 

 

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