“EL APRENDIZ” — JOBLAR COMENTA ESTRENOS DE CINE

La historia de Donald Trump antes de que fuera multimillonario y Presidente de los Estados Unidos. Según la interpretación del film, no lo habría conseguido sin los consejos y el apoyo de un personaje siniestro: el abogado Roy Cohn…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

Generalmente un biopic se realiza para exaltar o denigrar a un personaje positivo o negativo y el público va a verlo con un cierto prejuicio. Algunos llegan a ser hagiografías, aunque no se trate de una santa o un santo canonizado por la Iglesia; otros, en cambio, son verdaderos manifiestos contra la perversidad humana sin límites.

Digo esto, porque El aprendiz se presenta como una crónica acerca de la venalidad del sistema jurídico estadounidense y de cómo ésta favorece el auge y propicia la caída de las figuras políticas. Es decir, tal como lo explicó Niccoló Machiavelli en el siglo XVI, “la política no tiene nada que ver con la moral y las ideologías en sí mismas no existen: es el manejo del poder el que mueve a las instituciones que aparentemente “funcionan”.

El director, Ali Abbasi, iraní de nacimiento y danés de adopción, no tiene inconveniente en describir al abogado Roy Cohn (extraordinariamente interpretado por Jeremy Strong), como un individuo sin escrúpulos que utiliza al Poder Judicial a su amaño. Su apellido evidencia su origen semita (en hebreo “kohanim” se refiere a sacerdote judío descendiente de Aarón, hermano de Moisés), y su padre Albert era juez y llegó a ser miembro de la Corte Suprema de Nueva York. Roy se graduó como abogado en Columbia a los 19 años y se transformó en el asesor del senador republicano Joseph McCarthy en su “cacería de brujas” anticomunista, que duró de 1950 a 1956 y que tan bien ha sido retratada en Buenas noches y… buena suerte (Good Night, and Good Luck, de George Clooney, 2005).

Gracias a su manipulación, consiguió que fueran ejecutados en la silla eléctrica los esposos Julius y Ethel Rosenberg, el 19 de julio de 1953, acusados de espionaje nuclear en beneficio de la Unión Soviética. Eso lo hizo aún más famoso.

Donald Trump (un bien escogido Sebastian Stan), a quien ahora todos conocen más como Presidente de la Unión que por su cameo en Mi pobre angelito 2 (Home Alone 2: Lost in New York, de Chris Columbus, 1992), entró en contacto con Roy en el exclusivo Le Club el año 1973 y desde allí empieza prácticamente la película a despegar.

El título The Apprentice proviene de un reality show presentado por Trump para seleccionar a los futuros top managers. Pero queda en claro que Donald fue un excelente aprendiz de las tres reglas de Roy Cohn: atacar siempre, nunca admitir una mala acción y siempre proclamar la victoria, incluso si se es derrotado. De hecho, los ha practicado hasta el día de hoy.

Y, para ello, Cohn recurría a un principio inquebrantable: “Lo importante no es la ley; es el juez que debe hacerla cumplir”. Y los fallos estaban dictados por él mismo recurriendo a todas las formas de extorsión, principalmente la acusación de homosexualismo a pesar de que él era homosexual y murió de sida.

En mi opinión, Ali Abbasi sabe manejar su película. Empieza con una voz en off que niega su calidad de timador y asegura que todo en su vida lo ha conseguido con esfuerzo. Pero no es Donald Trump, sino Richard Nixon, y volverá a aparecer cuando renuncie a su cargo debido al escándalo de Watergate. Sigue construyendo la imagen de un joven ambicioso que quiere alejarse de un padre autoritario y despótico, mientras tiene un sueño que parece imposible de realizar: transformar el cerrado Hotel Commodore, de Nueva York, en un Grand Hyatt.

Hasta aquí Donald aparece como un tipo simpático y voluntarioso, digno de ser apoyado. Pero, cuando Cohn empieza a influir en su manera de actuar, se transforma en un individuo peligroso que destila el veneno de un engendro que practica el ethos norteamericano de obtener el éxito a cualquier precio.

El guión se detiene en el momento del auge y creo que con eso basta.  El ya citado Machiavelli sostuvo también que un “príncipe” no puede ser honesto si está rodeado de personas deshonestas.

Trump aparece como un depredador cuando decide casarse con la modelo y socialité checa, Ivana Marie Zelníčková (la actriz búlgara Maria Bakalova).

Sin embargo, como se vio más tarde, era una trepadora y no un trofeo para ser exhibido.

La película lleva a pensar en demasiadas personas, cuya vida y milagros están siendo conocidos, incluso, en un país llamado Chile. ¡Y no es pura coincidencia!

TRÁILER DEL FILM:
“El aprendiz”

The Apprentice”.
USA / Dinamarca / Irlanda / Canadá
Año: 2024

 

 

 

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