A pesar de estar basada en hechos reales, se desarrolla como una aventura estocástica y me hace recordar otra tragedia ocurrida poco antes en Italia y que nunca ha sido resuelta…
Por José Blanco Jiménez (JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
Se denomina estocástico (del latín stochasticus, que a su vez procede del griego στοχαστικός stochastikós “hábil en conjeturar”), a un indicador de un sistema que funciona por azar y cuyo comportamiento intrínseco es no determinista.
Y en esta película, que se basa en hechos reales, son tantas las probabilidades en juego que parece imposible que todo haya ocurrido por pura casualidad.
Larisa tenía 20 años cuando, el 24 de agosto de 1981, abordó en Komsomolsk-on-Amur el avión para Blagoveshchensk, junto a su flamante esposo. El vuelo venía con atraso y otro pasajero les explica que, gracias a ello, podrá juntarse en pocas horas más con su familia.
Ninguno de los que embarcaban sabía que nunca llegarían a destino ese día. El AN-24 fue colisionado por un avión militar a más de 5 kilómetros de altura, se desintegró en el aire y murieron todos sus ocupantes, con excepción de la joven, que se salvó milagrosamente gracias a su instinto de supervivencia.
Advierto que la secuencia del accidente no es recomendable para cardíacos por sus excelentes efectos especiales y me imagino que esta película nunca va a ser exhibida durante un vuelo comercial.
Lo que sigue es la lucha de Larisa por su supervivencia en la taiga rusa con mal tiempo y frío glacial: desde que se despierta en medio de los restos del avión hasta que es rescatada gracias a la impetuosidad de su suegra y los contactos de sus padres.
¡Nada de spoilers, porque la historia ya es conocida a través de su publicidad! Es una apología de la resiliencia humana.
A pesar de que el público sabe que todo va a terminar bien, el relato sostiene un adecuado suspenso y el director, Dmitriy Suvorov, no titubea en criticar la situación política de ese tiempo y la necesidad de un cambio en la política comunicacional. Faltaban algunos años para que Mijaíl Gorbachov llegara al poder e implementara la glásnost (liberalización, apertura, transparencia), rompiendo con la capa de secretismo que cubría este tipo de accidentes.
En este caso, se trataba de errores y de negligencia humana atribuibles a las Fuerzas Armadas.
Como película, me trajo a la memoria El sobreviviente (The Survivor, de David Hemmings, 1981), con un Robert Powell ya estigmatizado como “Jesús de Nazareth”, que era un piloto que aparecía entre los restos que se incendiaban de un Boieng 747. Pero era una historia de misterio con tintes fantásticos.
La que sí corresponde a la realidad es El muro de goma (Il muro di gomma, di Marco Risi, 1991), que trata del desastre acaecido sobre el Mar Tirreno, cerca de la isla de Ustica, el 27 de junio de 1980. Un avión DC 9-15 estalló en el aire matando a 77 pasajeros y 4 tripulantes. Las investigaciones especularon acerca de una bomba en el baño, pero también de misiles lanzados por error. Este vuelo también partió con atraso y ningún grupo terrorista se adjudicó la acción. Tal vez, algún día “los señores de la guerra” desclasifiquen lo que ocurrió realmente.
TRÁILER DEL FILM:
“LA CAÍDA DEL VUELO 811”
Одна
The One
Rusia
Año: 2022
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