Nueva versión del clásico de Alejandro Dumas, que tampoco se ajusta a la trama original, pero que se deja ver con agrado sobre todo por su mise-en-scene francesa. El cartel publicitario recuerda El caminante sobre el mar de nubes, de Caspar David Friedrich…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
Cuando hace unos sesenta años informé a mis mayores que iría al Cine Avenida Matta a ver El Conde de Montecristo, mi papá y un tío me preguntaron si trabajaba Robert Donat. Les dije que sí y se largaron a reír. En un primer momento, no entendí tanta hilaridad, pero después me explicaron que esa película era de 1934 y que la habían visto cuando eran niños.
Yo había encontrado el nombre del Conde en un chiste de Condorito. En éste, el singular pajarraco leía el libro en la cárcel y empezaba a cavar un túnel para escapar, pero en vez del abate Faría, se encontraba con un gendarme.
Por lo que fui descubriendo más tarde, pude ver que había varios cambios con respecto a la novela, pero el hilo de la trama era lineal y se apoyaba en la planificación de la venganza. Cada uno de los tres responsables de la desgracia de Edmundo Dantés debía ser derrotado y castigado a partir de sus propias fechorías: a Mondego con el halago y destapando la traición a la Corona durante la caída del sultán Alí Pachá, a Danglars con el dinero haciendo que pierda todo y a Villefort con la ley, consiguiendo que lo juzguen por traición.
En realidad, tanto en la novela como en las versiones (incluyendo la que estoy comentando), los acontecimientos cambian.
La obra original se publicó en 18 entregas, entre agosto de 1844 y enero de 1846, en el “Journal dels Débats”, poco después que concluyera Los tres mosqueteros en “Le Siècle”. Y, de hecho, la novela tiene una serie de personajes que se relacionan entre sí provocando una reacción en el protagonista que comprende que no es Dios como había pretendido serlo y que las nuevas generaciones no deben pagar por las malas acciones de sus padres.
Otros personajes que son importantes, como el marino Gaspard Caderousse, aparecen de manera tan fragmentaria que dejan la sensación que sus secuencias fueron editadas.
Y un detalle importantísimo: el Conde es un genio del transformismo e interpreta a diferentes personajes sin ser reconocido. Aquí recurre a unas máscaras de dudosa eficacia, pero además, en los films precedentes los rostros de los actores eran demasiado conocidos como para obtener el efecto camaleónico: el citado Donat, Pierre Brasseur, Jean Marais, Louis Jourdan, Gérard Depardieu o Richard Chamberlain, por recordar a algunos: aquí, la calidad histriónica de Pierre Niney es innegable. Francia está logrando recuperar sus clásicos, como es el caso de Los tres mosqueteros, también realizado por Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte.
Sólo una información más, que tal vez no todos conocen. Los libros de Dumas fueron puestos en el Índice por el tema de las venganzas y Roxane (ad saeculum Elvira Santa Cruz Ossa), se negó a publicarlo en “El Peneca” mientras fue su directora. Por ello, apareció sólo en 1952. Vale.
TRÁILER DEL FILM:
“El Conde de Montecristo”
Le Comte de Monte-Criste
Francia
Año: 2024
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