
¿Réquiem para un gángster o para Liam Neeson? No cabe duda que la película cierra un ciclo iniciado por los Taken y que transformó al actor en un producto…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
Ya vi a Liam Neeson caminando entre las tumbas (A Walk Among the Tombstones, de Scott Frank, 2014), y lo he visto en más de una decena de películas, todas iguales, que tienen por común denominador la violencia.
Había ya participado en varias cintas antes de darse a conocer con La lista de Schindler (Schindler’s List, de Steven Spielberg, 1993) y Michael Collins (de Neil Jordan, 1996), en la que se destacaba con su 1,93 m por sobre la muchedumbre. Después vinieron Star Wars y —a partir de los 56 años—, los varios Taken, Unknown, Non-Stop o The Commuter, que no entro a identificar por falta de espacio.
El hecho objetivo es que —a sus 72 años—, el actor no está para estos trotes, además que ha terminado siendo un producto, como Charles Bronson o John Wayne.
Es por ello que esta película me sabe a réquiem para la maqueta del personaje.
Thug tiene más de 70 años y los demuestra. Su cabello y su bigote canosos se unen a una evidente demencia senil, que está avanzando, sobre todo cuando ya no recuerda los nombres de las personas, ni de los lugares. Se encuentra en el ocaso de su carrera criminal y, como tantos, ha hecho el balance de su vida con resultados negativos.
De hecho, el título en castellano busca crear la expectativa de una película de acción que exalta la venganza, que Neeson sabe antromorfizar de manera tan convincente. En cambio, él es sobre todo, “implacable” consigo mismo, porque quiere encontrar un camino de rendención ayudando, por ejemplo, a una prostituta negra o buscando el perdón de una hija que abandonó cuando era niña.
Intenta seguir como sparring de boxeador, pero la suya es una tarea de búsqueda de “absolución” por parte de aquéllos a los que dañó con su comportamiento criminal. Y “absolver”, en latín, significa etimológicamente “ab” (hacia fuera), y “solvere” (aflojar), esto es, dejar libre (de culpa, obviamente).
El proceso, en el ámbito de la teología moral, exige arrepentimiento, confesión y penitencia. Thug está dispuesto a seguirlo, pero no es una tarea fácil.
El antagonista es su empleador, Charlie Conner, interpretado por Ron Perlman, otro producto especializado en personajes deformes (como el monje de El nombre de la rosa), o definitivamente no-humanos (como Hellboy).
Los demás son roles menores y el director noruego Hans Peter Molland no parece mayormente capacitado para rescatarlos de la mediocridad.
A un cierto momento, el film toma la ruta del Taxi Driver, de Martin Scorsese, pero no pasa de ser un transparente y sentido homenaje.
TRÁILER DEL FILM:
“Implacable”
Absolution
USA
Año: 2024
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