Aventuras de matinée de bajo costo… Por un previsible accidente, el avión se estrella en medio de un pantano de Luisiana, infestado de caimanes…

Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

El título original (The Bayou) alude a una masa de agua de movimiento lento, como puede ser un arroyo o un lago pantanoso. El substantivo proviene de la lengua choctaw “bayuk”, que significa “arroyo pequeño”); es un término geográfico que designa una masa de agua de movimiento lento, a menudo un arroyo o río con una costa poco definida, o un lago pantanoso.

Y en ese ambiente comienza la película con una incursión de las fuerzas especiales de la DEA, que atacan a un laboratorio de metanfetamina ubicado en un denso bosque.

Después del tiroteo de rigor, buena parte de la droga va a dar al agua para ser ingerida por los reptiles acuáticos. Hasta aquí se anuncia una cierta similitud con Oso intoxicado (Cocaine Bear, de Elizabeth Banks, 2023), pero no hay toques de comedia; aquí los especímenes se asemejan más a El cocodrilo (Lake Placid, de Steve Miner, 1999), que tenía como protagonistas a Bill Pullman y Bridget Fonda.

Tiempo después del prólogo, la estudiante de biología, Kyle (Athena Strates), y algunas amigas van a Florida para esparcir las cenizas de su hermano que murió trágicamente.

Después de un viaje en automóvil, se suben a un vuelo chárter de tarifa baja y, junto a otras personas, parten desde un pequeño aeródromo hacia el sur de los Estados Unidos.

Por un previsible accidente (para ser honestos, todo es previsible en la película), el avión se estrella en medio del pantano de Luisiana, infestado de caimanes. Y ahí mismo empieza la rutina de los diez indiecitos de Agatha Christie: van muriendo, uno por uno, sin que se perciba un gran desarrollo de los personajes. A lo más, las rivalidades entre las muchachas.

Confieso que me gustó, porque tomé el relato como uno de esos que desarrollaba yo mismo cuando saltando sobre los sillones y los cojines del living de mi casa, reproducía escenas de las películas que acababa de ver en el cine.

Para encontrar un símil con lo que vi en Infierno en el pantano, me viene a la mente Infierno en la tormenta (Crawl, de Alexandre Aja, 2019), en el que Kaya Scodelario enfrenta a las peligrosas bestias.

El parecido entre los títulos en castellano no me parece una coincidencia, pero la secreción de adrenalina cambia significativamente.

Del director finlandés, Taneli Mustonen, ya se ha visto en Chile la inquietante Gemelo siniestro (The Twin, 2022). En estas vicisitudes del pantano de Louisiana, fotografiado mayormente en Filipinas, lo acompaña el inédito Brad Watson. 

TRÁILER DEL FILM:
“Infierno en el pantano” 

 The Bayou
Gran Bretaña
Año: 2025

 

 

 

 

 

 

 

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