El amor es una entidad abstracta, pero los seres vivientes tienden a estar juntos por instinto. En esta película surcoreana, es una de las tantas reflexiones que se imponen los dos integrantes de una pareja que decide vivir junta para ocultar sus verdaderas tendencias…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

No hay que engañarse con el cartel publicitario: el joven y la muchacha que están tendid@s sobre la cama no son una pareja heterosexual. Son, simplemente, dos personas que están juntas por necesidad y por conveniencia.

Ella es Jae Hee (Kim Go Eun), que vivió cuatro años en París y —como muchacha desenvuelta—, desea estar lejos de los chismes de su presunta promiscuidad sexual; él es Heung Soo (Steve Sang-Hyu Noh) y oculta su calidad de homosexual.

En este drama, con toques de comicidad, no debe buscarse una comedia al estilo de Natalie Portman o de Mila Kunis.

El caso tiene toda la seriedad que requiere, puesto que el grupo LGBT tiene una obsesiva (e interesada) aceptación en el mundo occidental, pero no en la adelantada y modernísima Corea del Sur.

Jae Hee aplica una sencilla ecuación: en Francia también se oponen a los homosexuales, pero los estúpidos son menos. No todos piensan que “los diferentes son inferiores”.

En esta relación de amistad sin sexo, surgen todos los inconvenientes que son propios de la convivencia, sobre todo si se trata de personas que nunca se han conocido antes.

El departamento es un escondite de la sociedad, pero no al estilo de Bernardo Bertolucci que hizo de un espacio así un lugar de encuentro de sexo casual desatado (Último tango en París / Ultimo tango a Parigi, 1973), o de escenario para juegos erótico-intelectuales (The Dreamers, 2003).

Es la vida normal de una pareja sin sexo, pero unidos espiritualmente. En un momento, ella dice: “El amor es algo abstracto; el extrañar es auténtico”. Él reconocerá en otra instancia: “Si la obsesión no es amor, entonces nunca he amado antes”.

Filmada de manera muy cuidadosa y sin caer nunca en la ordinariez, la directora, Eon-hee Lee, plantea una situación que es posible en una gran ciudad más que en una aldea, pero que termina siendo universal.

Las actuaciones son refrescantes y cercanas a la ingenuidad: todos los integrantes del reparto son creíbles. Y hay un detalle que me parece importante: a pesar que no me resulta fácil diferenciar a l@s corean@s desde el punto de vista somático, aquí la buena construcción de los personajes hace posible que se diferencien de manera rotunda.

No hay sexo explícito, pero sí escenas que pueden ser chocantes más por lo que insinúan que por lo que muestran: un beso entre hombres, la protagonista que, de espaldas al público, se descubre los pechos ante todo el curso para mostrar que no es ella la de una foto en redes sociales. Pero esa chiquilla es un volcán de vitalidad que no ofende a nadie.

¡Buena! Para personas de criterio formado. 

TRÁILER DEL FILM:
“Amor en la gran ciudad” 

«Daedosiui Salangbeob»
Corea del Sur
Año: 2024

 

 

 

 

 

 

 

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