
La 36ª película de la franquicia Marven, que propone la formación de un nuevo grupo, que promete nuevas aventuras con antiguos personajes dispuestos a superar su baja autoestima por la labor que han debido ejercitar hasta el momento…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
Cuando parecía que el filón de los Avengers ya estaba agotado, renace como el Ave Fénix de sus cenizas y sorprende con una historia que —en sí— no es una aventura, sino una sesión colectiva de psicoterapia.
La fórmula Marvel llega a su trigésima sexta película con un tema increíblemente nuevo: el mal de vivir que acosa a los asesinos mercenarios, que no ven en su existencia un fin determinado, sino el ser escogidos de vez en cuando para asesinar a algún enemigo de los poderosos.
Todo empieza con Yelena Belova, que fue adiestrada en el brutal programa de la Habitación Roja para ser una viuda como su hermana Natasha Romanoff.
Ubicada en lo más alto del segundo edificio más alto del mundo, el Merdeka 118, de Kuala Lumpur en Malasia, se lanza al vacío para cumplir con un encargo criminal y cumple su cometido. Es exitosa como asesina, pero ha caído en un estado de profunda apatía y detesta las operaciones clandestinas ordenadas por Valentina Allegra de Fontaine, ahora jefa de la CIA.
Una visita a su padre putativo, Alexei Shostakov (alias Red Guardian), la decide a abandonar su labor criminal después de cumplir la última misión que se le ha encargado. Pero ésta, que debe cumplirse en la Torre de los Vengadores, resulta ser una trampa: hasta allí llegan Ghost (o Ava Starr), Taskmaster (que puede imitar todo estilo de lucha) y John Walker (un villano patriótico al estilo de Capitán América), con precisas instrucciones de eliminarse entre ellos.
Una toma de conciencia de su condición de villanos los llevará a conformar un equipo disparejo de antihéroes, que se presentará en los postcréditos y que explica el porqué del asterisco en el título. Los une su estado de ánimo y su vulnerabilidad.
En efecto, no son superhéroes y —como tales—, deben enfrentar a la muerte en cada una de sus acciones.
A ellos se unirá un nuevo personaje: Bob, que está en el edificio y no sabe por qué, pero que esconde un lado obscuro (llamado Sentry), que a futuro seguramente se hará notar. Reaparecerá también Bucky Barnes, el Soldado de Invierno, para completar un mosaico acerca de la dificultad de superar los propios traumas de supermercenarios sin futuro.
Y por sobre ellos, la villana más peligrosa: Valentina, que es la síntesis de la maldad y la manipulación.
El corazón de esta película, que es el inicio de una nueva serie, es la británica Florence Pough, que yo ya había apreciado en varias cintas, pero que con El tiempo que nos queda (We Live in Time, de John Crowley, 2024), ocupa definitivamente un espacio entre mis actrices predilectas.
TRÁILER DEL FILM:
“Thunderbolts*”
“Thunderbolts*#
USA
Año: 2025
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