La libertad de una mujer que decide trabajar sin amarrarse a una vida convencional, que quedó atrás por exigencias de un sistema socio-económico, que valoriza el tener por sobre el ser. Y, en ello, se nota la mano de la directora Chloé Zhao, que es china de nacimiento…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile

 Nomadland es una película hecha a la medida para Frances McDormand y, la verdad, es que le queda muy bien. Su presencia femenina sin curvas prominentes ni cuidados cabellos, desde el primer y hasta el último fotograma, llena la pantalla e informa al espectador de todo lo que quiere saber.

El título (“Tierra de nómadas”) podría hacer pensar en indocumentados o en esas tropas de motociclistas, que no se saben de qué viven y que no le trabajan un día a nadie. Pero la perspectiva de Chloé Zhao, cineasta china avecindada en Estados Unidos, es completamente diversa.

Fern es una mujer casi sesentona que quiere trabajar y que no quiere amarrarse a una vida convencional que, de hecho, quedó atrás. Vivía en Empire (Nevada) y la fábrica de paneles de yeso cerró después de más de 63 años de funcionamiento. Su marido falleció poco después del cierre y ella decide transformar su furgoneta en una casa para recorrer el país. La muerte civil del pueblo es un hecho histórico, como tantos otros a nivel mundial. Lo que sigue es mezcla de realidad y de ficción, al punto que la mayoría de los protagonistas no son actores profesionales. Una de las pocas excepciones es David Strathaim, justamente recordado por su Edward R. Murrow en Buenas noches… y buena suerte (Good Night, and Good Luck, de George Clooney, 2005).

Muchas personas ofrecen ayudarla, pero ella no quiere. Una niñita, hija de una ex alumna suya, le pregunta si es una “homeless” (sin hogar) y ella aclara que es una “houseless” (sin casa).

Más adelante, aclara también que está casada, pero que su marido murió. Entonces una señora sentencia que la argolla que lleva es un círculo y que, como tal, no tiene principio ni fin. Además le recuerda a los antiguos pioneros, que recorrían el territorio norteamericano.

Volveré sobre este punto más adelante, pero me interesa de inmediato poner en evidencia el alcance de la decisión tomada por Fern. Porque le han ofrecido ayuda de todo tipo, incluso una propuesta seria de nueva vida en pareja, pero ella se ha desenganchado del clásico esquema, no sólo del “American Way of Life” sino del sistema de vida occidental, que requiere de un domicilio fijo y de una familia que celebra el Día de Acción de Gracias.

Lo importante es cuidar las cosas y las personas que encuentra y —desde ya— advierto que en el film, no hay violencia de ningún tipo, ni robos, ni estafas, ni nada por el estilo. Tampoco —y me parece importantísimo— hay una exigencia contractual o sindical de incluir personas de otras etnias o de heterodoxa condición sexual. En la existencia que eligió no hay maldad ni hay incoherencia. Al contrario: siempre existe la solidaridad sobre todo entre aquéllos que han perdido algo: la salud, un afecto, una persona. Y mantienen la esperanza.

El trabajo es fundamental para la realización personal y para la mantención, pero no debe ser un sistema que fagocita la existencia y que hace prosperar a algunos sobre la infelicidad de otros. A este respecto, recuerdo sólo el tema de la especulación edilicia.

El esquema de “road movie” permite conocer el Black Rock Desert de Nevada, el Badlands National Park, el Sur de Dakota, los campos de Nebraska, Arizona, las costas del Norte de California. O sea, es la otra Norteamérica. No la de los rascacielos o de las grandes industrias, del crimen organizado o de la violencia policial. No es necesario decir cosas con palabras: basta mostrarlas. De una forma muy sutil, la realizadora china nos recuerda que, en su civilización, es más importante lo que se es a lo que se tiene, lo que se da a lo que se recibe. Vean, un ejemplo sobre muchos, el reencuentro con el muchacho y el encendedor.

Por ello, y ahora sí toco el tema de los pioneros, es como un film western, en el que la heroína (como el clásico “jovencito”) deambula como caballero andante haciendo el bien, pero no echa raíces.

En términos actuales, Fern está decidida a no volver a caer en el chantaje del capitalismo. Ya escoger el propio camino es una expresión de libertad. Sobre todo cuando es un camino que no lleva a parte alguna, ausente de dolor por no añorar un pasado ni tener un futuro: mientras tanto, se puede gozar del contacto con la naturaleza y con el afecto de los iguales.

Es por ello que los que comparten esta vida no se dicen adiós, sino que esperan volver a verse al fondo del camino.

(“Nomadland”. USA, 2020)

 TRAILER DEL FILM:
“NOMADLAND” 

 

PRODUCCIÓN:
Trailers in Spanish

 

 

 

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