Terror finlandés de buena factura, con variadas referencias a otros clásicos del género. La cámara prevalentemente subjetiva invita al espectador a seguir la trama desde la perspectiva de la protagonista…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Para uno como yo, que ha visto muchas películas en su vida, es inevitable encontrar puntos de contacto con otras producciones, lo que genera una inevitable intertextualidad del relato. Lo nuevo es la ambientación, porque transcurre en un paisaje finlandés de tenebrosa belleza. Y, además, el lenguaje terrorífico báltico es muy distinto del estadounidense, o mitteleuropeo.
La temática me trae el recuerdo de El niño (The Boy, de William Brent Bell, 2016), pero también la atmósfera oprimente de Midsommar: el terror no espera la noche (Midsommar, de Ari Aster, 2019), y hay recursos varios que van desde El resplandor (Shining, de Stanley Kubrick), hasta Los otros (The Others, de Alejandro Amenábar, 2001), pasando por El bebé de Rosemary (Rosemary’s Baby, de Roman Polanski, 1968).
Vi a la australiana Teresa Palmer en Cuando las luces se apagan (Lights Out, de David F. Sanderg, 2016), y me convenció su imagen de adulta joven desesperada. Ahora lo confirma con su aire al estilo de la Brie Larson de La habitación (Room, de Lenny Abrahamson, 2015), transparentando todos sus temores e incertidumbres.
Rachel es una madre que perdió un hijo en un accidente automovilístico y su marido Anthony (Steven Cree), la lleva hasta una mansión semiabandonada en la que él creció cuando era niño. Y la película muestra una lenta resiliencia junto al mellizo sobreviviente (Tristan Ruggeri).
Pero, poco a poco, la tranquilidad da paso a un mundo oprimente, con sucesivas desapariciones del niño, el extraño comportamiento de los vecinos de la aldea y la intervención de una anciana viuda mentalista (Barbara Marten), que se da a entender en inglés.
El director, Taneli Mustonen (nacido en Joensuu, Finlandia, en 1978), sabe llevar la trama acertadamente sin utilizar recursos trasnochados, ni golpes musicales, ni secuencias espeluznantes. En realidad, el espectador poco se percata de la narración subjetiva, que se centra en la protagonista, y va descubriendo paulatinamente señales acerca de lo que realmente está viendo.
La recomiendo por su buena factura y porque, en parte, es un buen homenaje a algunos válidos clásicos del cine terrorífico y de misterio.
(“The Twin”. Finlandia, 2022)
TRAILER DEL FILM:
“GEMELO SINIESTRO”
PRODUCCIÓN:
Corazón Films
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