Muy buena película que presenta como un spinoff de Toy Story, pero que inaugura un nuevo filón con personajes destinados a durar en el tiempo: ese mismo tiempo que transcurre de manera inaferrable en un mundo alejado e inaccesible del universo…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Antiguamente, los adultos acompañaban a los niños a ver las películas para explicarles aquellas situaciones que no comprendían. Ahora los factores de la operación se han conmutado sin alterar el producto: son los niños los que ayudan a entender a sus mayores lo que ven en las películas. Y saben de mecánica cuántica, de tiempo relativo y de los riesgos de la “conquista” espacial.
Al comienzo, un texto advierte que esta película ya existió antes de 1995 y que por ello un niño pidió como regalo un muñequito de Buzz Lightyear.
Todo es posible en el mundo de la ficción cinematográfica y el espectador fiel está dispuesto a aceptar justamente todo en particular si sigue a ciertos personajes desde hace 30 años.
Éstos no envejecen como el espectador, pero sí pueden seguir el efecto del tiempo dentro de su mundo imperecedero.
Es así como la nave en que viaja Lightyear queda varada en un planeta lejanísimo de la Tierra y las posibilidades de regresar son remotísimas, pero el héroe intenta por todos los medios de recuperar la capacidad de una nave de exploración para llegar a la velocidad de la luz.
Me parece un homenaje al comienzo de Top Gun – Maverick (de Joseph Kosinski), así como también es una referencia directa al Interstellar (de Christopher Nolan, 2014), en lo que se refiere a cómo el tiempo dura muy poco en los vuelos de prueba, pero afecta a los que permanecen en el planeta.
De esa manera, transcurren tres generaciones y la tripulación de la nave siniestrada es capaz —sólo como los estadounidenses son capaces—, de construir una civilización en un planeta donde sólo hay peligrosas enredaderas y terribles insectos. De dónde sacan los elementos no se pregunta: es como en los cómics en que las máquinas más complicadas aparecen de la nada.
Pero hay una segunda parte, cuando —en la tercera generación—, Buzz debe enfrentarse a peligrosos robots, guiados por un personaje cuyo origen no puedo revelar.
Lo importante es que al héroe lo secundan la nieta de la ya fallecida camarada comandante (“¡Hasta el infinito y más allá!”), y dos chambones expresidiarios. Está claro que todos llegaron para quedarse y que van a dar que hablar en varias secuencias como los nuevos Rangers. No olviden ver el bonus track.
Un párrafo aparte merece SOX, el gato computarizado, que resuelve todos los problemas y que me recordó otra antigua película Disney, El abismo negro (The Black Hole, de Gary Nelson, 1979), en la que era un compañero inseparable el pequeño robot VINCENT.
Por otro lado, los que vieron esa película rememorarán al peligroso MAXIMILIAN.
Mucha diversión en una buena película. ¿Y el beso lésbico? Me suena a trampa publicitaria.
(“Lightyear. USA, 2022)
TRAILER DEL FILM:
“LIGHTYEAR”
PRODUCCIÓN:
Film Select Español
******
JOBLAR EN
“RADIO UNIVERSIDAD DE CHILE”
Escuche los comentarios cinematográficos de JOBLAR en el programa “Escaparate”, que se transmite en “Radio Universidad de Chile” (102.5 FM) los días domingo, a las 21.00 horas; y además online en
www.radiouchile.cl
*********
