Una androide que, por comodidad, podría transformarse en niñera, profesora y madre adoptiva. Pero son roles que, claramente, no corresponden a una muñeca que no tiene sentimientos, sino roles programados que no dan lugar a la reflexión…
Por José Blanco J.
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
Hace muchos años, el público iba al cine atraído por un actor o una actriz. Después empezó a ir por el nombre del director (o directora). Ahora también sirve como “gancho” el nombre del productor a partir de nombres como Steven Spielberg.
Es el caso de esta película, dirigida por Gerard Johnstone, pero que tiene a James Wan como productor, del que ya revisé su filmografía en mi crítica de Maligno y a la que me remito para apreciar la importancia de este creador malayo.
M3GAN es la sigla de Model 3 Generative Android, una muñeca que me recuerda al enternecedor niño androide de A. I. Inteligencia Artificial (A. I. Artificial Intelligence, de Steven Spielberg, 2001), que interpretó Haley Joel Osment. Pero ese era un juguete con el síndrome de Pinocchio; M3egan tiene aspecto de muñeca, pero cumple también funciones de niñera, de maestra y de substituto de padres ausentes.
En un Prólogo, se informa al espectador que Cady (Violet McGraw) es una niñita, que jugaba con una mascota —invención de su tía—, que comía y “hacía caca”. Queda claro también que los padres no se llevaban muy bien debido a la impericia del marido, que en pocos minutos revela en su escasa prevención para un accidente.
Cady quedará huérfana a los 8 años y tendrá que ocuparse de ella precisamente su tía Gemma, que está interpretada magistralmente por Allison Williams, la misma que hizo de la bipolar e inquietante novia del protagonista en ¡Huye! (Get Out!, de Jordan Peele, 2017). Demostrando una gran ductilidad y capacidad expresiva, aquí es la creadora y programadora de M3gan, destinada a ser el gran producto cibernético de la industria para la que trabaja. Y, además, le sirve para cumplir con su rol de madre adoptiva, que no es capaz de desarrollar.
Es muy cómodo dejar a su sobrina a cargo de la muñeca, pero no mide las consecuencias que puede tener su programación y —como siempre—, existe el riesgo de que M3gan empiece a desarrollar y una siempre más creciente autonomía.
Aclaro de inmediato que no estamos frente a un Chucky (Child’s Play, de Tom Holland, 1988, con una gran cantidad de secuelas que me negué a reconstruir), que es un muñeco diabólico poseído por el alma de un asesino en serie.
Éste es un producto creado con el fin de entretención, pero que puede ser particularmente peligroso cuando asume el rol de compañera cariñosa y de protectora.
Si una enseñanza deja la película es que el ser humano no debe transferir sus roles a un robot que, al igual que Terminator, dejará al final en evidencia su naturaleza mecánica.
Un detalle intertextual es la secuencia del corredor rojo y del ascensor, que considero un homenaje a El resplandor (Shining, de Stanley Kubrick, 1980).
(“M3gan”. USA, 2022)
TRAILER DEL FILM:
“M3GAN”
PRODUCCIÓN:
SensaCine Trailers
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