Drama sentimental, que se encuadra en una trama policíaca enredada por una tecnología cada vez más cómplice y agobiante. Para los que gustan del buen cine…
Por José Blanco J.
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
Park Chan-wook no es un desconocido en Chile y su Old Boy (Oldeuboi, 2003), cuyo remake preparó Spike Lee (2013), dejó en claro que su estilo policial es enrevesado y pletórico de matices.
En La decisión de partir (en realidad, La decisión de dejar, abandonar), el relato se realiza con muchas secuencias paralelas y traspasos a través de fundidos, que transforman literalmente a un personaje en otro.
También tiene tomas novedosas, como una panorámica de lo alto en la que las pequeñas figuras humanas proyectan sombras de gran longitud. O secuencias que cansan, como la ascensión de la montaña o una persecución por los techos.
Como siempre, prefiero no contar la película. Pero el espectador ya sabe que se trata del amor que Seo-Rae, una presunta asesina de su marido desata en Hae-joon, un detective de homicidios que hasta ese momento ha cumplido una labor impecable.
Se desarrolla un juego de seducción, que se ve acrecentado por el hecho que ella es china y él surcoreano, lo que aumenta la necesidad de comunicación corporal y requiere de medios electrónicos, como celulares y un traductor instantáneo.
El film se divide en dos partes netas con dos historias que tienen un común denominador: la sospecha que Seo-Rea sea una asesina, lo que se desarrolla al mejor estilo Hitchcock. No es la Dark Lady al estilo Hollywood (como Rita Hayworth en La señora de Shanghai, o la Kathleen Turner de Cuerpos ardientes), ni tampoco la homicida asesina de Sharon Stone de Bajos instintos.
Su dialéctica es complicada y convincente, su fragilidad va de la mano con su eficiencia de enfermera y sus relaciones con sus compatriotas son indescifrables. No hay sexo desatado ni desnudez innecesaria: es todo mucho más sutil.
Sólo dos ejemplos: cuando ella le muestra las marcas de las uñas en la pierna o cuando hace dormir a su amante con su técnica de sentirle respirar.
Para entender la diferente perspectiva, es necesario compararla con una película como Peligro en la noche (Someone to Watch Over Me, de Ridley Scott, 1987), o con alguno de los clásicos del cinéma noir.
Aquí no se trata de corrupción ni de manipulación política. Los asiáticos se ven todos iguales (y tal vez así ven a los occidentales), pero se diferencian no sólo por la lengua: son diferentes por decurso histórico y antropológico.
Y una advertencia: cuidado con la actual tecnología.
(Haeojil Gyeolsim / Decision To Leave. Corea del Sur, 2022)
TRAILER DEL FILM:
“Decisión de partir”
PRODUCCIÓN:
Diamond Films Latam
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