Gabriel Amorth fue verdaderamente exorcista del Vaticano y la película quiere presentarlo como un nuevo héroe contra lo demoníaco. Podría ser el comienzo de una nueva franquicia…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

El padre Gabriele Pietro Amorth nació en Módena, el 1 de mayo de 1925 y murió en Roma el 16 de septiembre de 2016. Fue presbítero, abogado, escritor y —sobre todo—, exorcista de la diócesis de Roma a partir del año 1986 y hasta su muerte.

Declaraba que había efectuado unos 70 mil exorcismos (nueve en promedio cada día), escribió numerosos artículos para la revista católica “Famiglia Cristiana” y publicó varios libros sobre su actividad. Fue entrevistado por el canal de televisión privado Telenova, en el espacio Il diavolo e l’esorcista, de cuyas emisiones hay diez disponibles en DVD.

Tenía también un pasado ligado a la Resistencia y, a los 20 años recibió la Cruz de Guerra al valor militar, perteneció a la Acción Católica y a los movimientos juveniles de la Democracia Cristiana.

Esos recuerdos de partisano serán los que el demonio Asmodeo utilizará en el film para atormentarlo.

La película de Julius Ivery comienza con su intervención en una casa de campo a la que llega en su emblemática motoneta. Atiende a un presunto poseído, que —como explica más tarde—, estaba sólo en un grave estado de tensión psiquiátrico. Porque para el padre Amorth fue siempre muy importante dejar en claro que la mayoría de las posesiones no eran tales.

Pero la segunda parte del film deriva hacia una película de terror. En una antigua abadía española ocurren hechos terrificantes y es necesario salvar a un niño que sí está poseído. Y es ahí donde irrumpe la ficción, que lleva a la tradicional advertencia que “cualquier parecido con hechos reales es pura coincidencia”.

Y, en efecto, el relato es del tipo William Peter Blatty, que tuvo su consagración en El exorcista (The Exorcist, de William Friedkin, 1973), y que se ha difundido profusamente desde buenas películas, como El rito (The Rite, de Michael Håfström, 2011), hasta productos comerciales como La casa del exorcismo (The House of Exorcism, de Mario Bava y Alfredo Leone, 1975), o tantos pseudo documentales.

Los efectos especiales son buenos y aterrarán a los adictos al género.

La posibilidad de que un demonio se infiltre en el Vaticano aparece como una certeza. La abadía española en la que transcurren los hechos fue clausurada por la Inquisición y los archivos fueron borrados. Amorth contará con la ayuda de un joven cura español.

La actuación de Russell Crowe es correcta y creíble, tanto cuando se expresa en italiano como en inglés y en latín. Me da la impresión que se quiere iniciar una franquicia al estilo de El Conjuro y los esposos Warren. El tiempo y la taquilla lo dirán.

(The Pope’s Exorcist. USA, 2023) 

TRAILER DEL  FILM:
“EL EXORCISTA DEL PAPA”

 PRODUCCIÓN:
Sony Pictures

 

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