Una comedia dramática finlandesa, que logra transmitir el mundo limitado de un no vidente condenado a extinguirse con la fibrosis y su desafío de superar sus limitaciones para alcanzar una meta…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
El título de por sí es intrigante y me recuerda tanto el de las comedias del absurdo, como el de los thrillers de Darío Argento. Y la verdad es que tiene bastante de ambas características.
Jaakko tiene unos 30 años y sufre de esclerosis múltiple, que lo ha dejado ciego. Un crédito final advierte que el actor Petri Poikolainen padece verdaderamente de esa enfermedad, lo que da mayor veracidad y dramatismo a la situación.
Vive solo en su departamento y se contacta con el mundo a través del teléfono celular, manteniendo una amistad con Sirpa, otra enferma terminal, que vive a mil kilómetros de distancia y a la que nunca ha visto.
Cuando ésta le comunica los malos resultados de algunos exámenes, decide ir a encontrarla.
Empieza la segunda parte de la película, que toma un cariz de suspenso en la que el público hace suya la odisea de Jaako, que se vale sólo de su inteligencia y capacidad dialéctica para enfrentarse a los eventos.
Mientras tanto, se ha compartido su existencia solitaria rodeado de películas en DVD, muchas inservibles en VHS y algunas en Blu-ray, que ya no tiene sentido, porque la alta resolución no sirve de nada. Me hizo recordar a Jorge Luis Borges, que iba al cine para “escuchar” esas películas que había visto antes de quedar ciego.
Es gran admirador de John Carpenter y de James Cameron, pero nunca quiso ver Titanic y todavía la conserva dentro de la bolsa plástica que guarda el estuche y la película. Se transformará en el gran obsequio que quiere hacer a Sirpa.
Para transmitir la condición de minusválido, el director Teemu Nikki recurre al foco diferenciado. Y no permite ver claramente al espectador, que puede solamente apreciar los primeros planos (y primerísimos primeros planos), del protagonista.
Y, para mi gusto, es el principal logro, puesto que da la idea de limitación visiva que incrementa el valor del excelente audio de la cinta.
En suma, una buena y novedosa película, que dura 82 minutos, esto es lo justo para no cansar ni excederse en las intenciones de su relato.
(Sokea Mies, Joka Ei Halunnut Nahda Titanicia. Finlandia, 2021)
TRAILER DEL FILM:
“EL CIEGO QUE NO QUERÍA VER TITANIC”
PRODUCCIÓN:
Cinetopia Chile
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