Una violenta acción terrorista determina un cambio fundamental en una joven de origen ruso, que presta sus servicios profesionales en Paris. ¡Buena realización de gran actualidad, firmada por Alice Winocour!…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
Mia, una adulta joven de origen ruso, trabaja como intérprete en Paris y mantiene desde hace años una relación con un médico, pero han decidido no tener hijos.
Mientras tratan de cenar juntos, él recibe una presunta llamada del hospital y la abandona en un restaurante. Decidida a tomar una copa de vino sola, se dirige a una brasserie y se encuentra en el lugar y el momento equivocado.
Al local irrumpe un grupo terrorista que dispara y asesina a buena parte de los clientes. Mia se salva, pero pierde la memoria debido al shock. Es así como se inicia una historia de resiliencia y de búsqueda de otros sobrevivientes que puedan explicarle lo que ocurrió esa fatídica noche.
De hecho, el título del film en castellano hace pensar en una película turística o al estilo de las de Elizabeth Taylor o Audrey Hepburn. La verdadera traducción debería ser “Volver a ver París”.
La película se inspira en uno de los atentados que se produjeron en el suburbio de Saint-Denis el viernes 13 de noviembre de 2015 y que dejaron 130 personas muertas y 415 heridos.
La reconstrucción del hecho en sí es traumática, porque evidencia lo que le puede pasar a cualquier persona sin motivo aparente. El terrorismo es peor que la delincuencia, porque no tiene fines de lucro económico: pareciera tener un fin en sí mismo, de una extraña ideología que sería sembrar el caos para destruir un “sistema”, pero sin siquiera ofrecerse como alternativa.
En esta obra de destruir como fin en sí mismo, la protagonista se encuentra sola y toma conciencia que su vida de pareja vale bien poco.
Aprovechando que una amiga suya deja su departamento, se va a vivir sola y —cuando su acompañante de tantos años le recuerda que decidieron no tener hijos—, le parece una decisión acertada. Porque, a pesar de su aspecto juvenil, Virginie Efira (Bruselas 1977), a sus 45 años ya no tiene edad para ser madre y es mejor que haya sido así.
La rubiecita (que se lució en Benedetta, de Paul Verhoeven, 2021), se ha propuesto una meta más inmediata pero realizable: encontrar a un joven africano ayudante de cocina que recuerda que le tomó la mano en esa noche cruenta. Sólo quiere agradecerle. Y ese pequeño proyecto la lleva a conocer un submundo de personas que también tiene derecho a vivir.
¡Buena realización y de gran actualidad!
(Revoir Paris. Francia, 2022)
TRAILER DEL FILM:
“MEMORIAS DE PARIS”
PRODUCCIÓN:
Anthopadi
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