Con el sello de John Woo, una película que se transforma en una verdadera joya del cine mudo. Mucha violencia que no da respiro y una empatía total con el protagonista…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
La primera película que vi de John Woo fue Una bala en la cabeza (Dip huet gai tau, 1990), porque en ese tiempo era el editor para Chile de la revista argentina “Video para usted” y tenía el deber de comentar todos los estrenos que presentaban mensualmente en el país.
Recuerdo que me remeció su extrema violencia, como asimismo la de Duro de vencer (Hard-Boiled / Lat sau san taam, 1992), y todas las otras películas, que se han sucedido a lo largo de los años por más de 40 títulos.
Cuando publiqué mi comentario de Vivir y morir en Los Ángeles (To Live and Die in L.A., de William Friedkin, 1985), sentencié que la violencia era una nueva divinidad cinematográfica y tuve la confirmación con Robocop (de Paul Verhoeven, 1987).
Sin embargo, la verdadera apoteosis estaba por venir. Y es que John Woo (nacido en Guangzhou, China, en 1946, pero activo en Hong Kong), habría de incorporar el toque oriental, seguido —entre otros—, por el sudcoreano Park Chan-wook y, por ejemplo, su Oldboy (Oldeuboi, 2003), replicado por Spike Lee (2013).
Los que hayan visto el tráiler de Venganza silenciosa pensarán que allí se encuentra el relato completo, pero eso es verdadero en parte. Su desarrollo es mucho más complejo, puesto que muestra como —en un año—, un ser humano, movido por el dolor, se transforma en una encarnación patológica de la Némesis.
Se ha fijado una meta: el exterminio de los responsables de la muerte de su hijo, antes de Navidad.
Y, en esa fecha, se encuentra —en parte—, la explicación del título, puesto que la famosa canción Stille Nacht Heilige Nacht, de Franz Xaver Gruber, no se traduce como “Noche de paz Noche de amor”, sino “Noche silenciosa Santa noche”. Y la melodía recurre punteada en guitarra en los títulos de cierre.
Pero hay una segunda razón, que dejo a la perspicacia del público y que transforma la película en una verdadera joya del cine mudo. ¡Otra novedad del prolífico John Woo que, en un mundo de bestias humanas, es capaz de insertar una nueva!
De hecho, la posibilidad de colaboración de la policía se demuestra estéril desde un comienzo.
Con un montaje que no da respiro, la película entrega algunos mensajes intertextuales como la lucha en las escaleras (siguiendo al ya citado Oldboy), pero sobre todo El globo rojo (Le ballon rouge, de Pascal Lamorrise, 1956), como símbolo de la inocencia y del alma que asciende al cielo en el recuerdo de M – El vampiro de Düsseldorf (M – Eine Stadt sucht einen Mörder, de Fritz Lang, 1931).
La empatía con el protagonista es total e incuestionable.
(Silent Night. USA, 2023)
TRAILER DEL FILM:
“VENGANZA SILENCIOSA”
PRODUCCIÓN:
SensaCine Trailers
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