Terror surcoreano realmente inquietante. Todo acto conyugal cotidiano se puede transformar en amenazador cuando un simple trastorno del sueño preanuncia una acción violenta que puede tener funestas consecuencias…

Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

Las historias de posesión demoníaca son recurrentes en el cine occidental y tienen un sesgo terrorífico que se manifiesta con monstruosas deformaciones, como es el caso paradigmático de El exorcista (The exorcist, de Willian Friedkin, 1973).

En esta producción de Corea del Sur, el terror no se manifiesta con seres horripilantes, sino a través del extraño comportamiento de un joven matrimonio que —efectivamente—, es víctima de un fenómeno de  posesión que será explicado sólo al final.

Todo empieza con el insomnio del esposo, que siente que “alguien está dentro”. Luego vendrá un fenómeno de sonambulismo, que preocupa a la esposa. Ella está en la fase final de un embarazo y teme por la vida, primero del nascituro, y después del neonato.

Porque lo terrible está ahí: el miedo proviene de la extraña actitud del otro miembro de la pareja. Primero él; después ella. Mientras tanto, hay señales casi humorísticas en sus conflictos con sus vecinos, por el “ruido” que éstos emiten, obviamente mientras hacen el amor.

Y es que el amor existe, al punto que un madero tiene talladas la palabras “Juntos podemos todo”. Pero el amor no puede (ni debe) ser confiable cuando el ser amado se vuelve peligroso porque no está en sus cabales.

En Occidente, se recurre a un psicólogo, en Corea del Sur a una chamana, que recomienda la suegra. Será ella la que también se ponga en acción para cuidar al recién nacido y, gracias a la sanadora profesional.

La película sabe ser obsesiva, porque —a partir del trastorno del sueño—, se va descubriendo la convivencia íntima de dos adult@s jóvenes, cuyos conflictos y desafíos se ven deteriorados por una presencia que no es necesariamente maligna, pero que induce al mal.

Y esto llega al punto en que cualquier gesto cotidiano se transforma en una amenaza.

Creo que no hay una segunda lectura, como podría ser una alegoría de la vida conyugal. Es realmente una película de misterio en la que los fantasmas existen en una sociedad que los invoca muchas veces para pedir mejoras en su existencia.

¡Buena y sin estridencias de efectos especiales baratos! 

(Jam. Corea del Sur, 2023) 

TRÁILER DEL FILM:
“SLEEP: EL MAL NO DUERME”

 DISTRIBUCIÓN:
BF Distribution

 

 

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