Con mucha más acción que la Primera Parte y algunos cambios en su desarrollo argumental, esta superproducción cumple con sus objetivos: entretiene, sobrecoge y atrapa al público sin darle descanso. Me recordó superproducciones de otros tiempos…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

Terminada la proyección de la película con el Sistema IMAX, me sentí como —cuando hace más de 60 años—, había visto una superproducción estremecedora.

Reconozco que la primera parte me pareció floja y con actuaciones poco convincentes, con excepción de Lady Jessica Atreides, interpretada por la sueca Rebecca Ferguson.

En esta segunda parte todo cambia: los incoloros Timothé “Wonka” Chalamet y la cantante-figurita Disney Zendaya, cobran vida en auténticos personajes y hasta el empaquetado Javier Bardem resulta creíble en algunas secuencias.

¿Dónde está la solución del misterio? Según mi opinión, el recuerdo del trabajo de David Lynch (1984) y del añorado sueño de Alejandro Jodorowsky de los años ‘70 —que dio origen a clásicos como Star Wars (1977) y Alien (1979)—, quedó atrás: ¡ahora se siente la mano de Denis Villeneuve!

En efecto, cuando hace 40 años (porque fue en 1984), los críticos cinematográficos vimos en privado la versión de David Lynch (director de por sí difícil de seguir), nos quedó la certeza de que dos horas 17 minutos eran insuficientes para contener siquiera una parte del extenso relato. De hecho, imágenes secundarias en el extremo alto de la pantalla resumían una serie de eventos, abriendo paso a la necesidad de leer los libros de Frank Herbert.

El director canadiense —que ha entregado buenos productos como El hombre duplicado (Enemy, 2013), La llegada (Arrival, 2016) y Blade Runner 2049 (2017)—, tiene en definitiva, otro estilo: caligráfico, con gran capacidad de manejo de actores (que no brillan con luz propia, sino que son piezas en un tablero de ajedrez) y un verdadero filólogo de la cadena de montaje. Pero es capaz también de explotar al máximo el ritmo de una superproducción, que no da descanso.

Sé que los que me leen no esperan que les cuente la película, sino que les entregue algunas pistas de lectura. Y, en este caso, para mí las más evidentes son denunciar cómo el poder geriátrico no da paso a los líderes jóvenes y basa su poder en la guerra perenne, que se apoya en psicópatas como Fey Rautha (que primero interpretó Sting y ahora Austin “Elvis” Butler).

Por otro lado, el héroe mesiánico sabe —por sus sueños premonitorios—, que lo que era  un deseo de venganza se transformará en una guerra santa que, con efectos deleterios, incendiará toda la galaxia.

Cualquier semejanza con el desértico paisaje bélico del Medio Oriente es pura y desgraciada coincidencia, porque está en los genes de la “Humanidad”(Dune: Part Two. USA / Canadá, 2024). 

TRÁILER DEL FILM:
“Duna: Parte Dos” 

 PRODUCCIÓN:
Warner Bros Pictures LA

 

 

 

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