Más que biopic  es una serie de secuencias relativas a la vida de Marley, sin mayor profundización. Gustará a sus fans y admiradores…

Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

A esta película le falta un hilo conductor. En tiempos de Elvis (de Baz Luhrman, 2022), o Bohemian Rhapsody (de Bryan Singer, 2018), requiere no sólo de números musicales, sino de un argumento sólido y atrapante. 

Robert Nesta Marley (alias Bob), murió a los 36 años de cáncer, porque nació en Nine Mile (Jamaica), el 6 de febrero de 1945, y murió en Miami el 11 de mayo de 1981. Era hijo de un capitán inglés y de Cedella Booker, una jovencita afrojamaicana de 18 años.

Para los que, como yo, no saben o no sabían nada de este cantante, la película no ayuda mucho. Se dan por sabidas demasiadas informaciones preliminares que seguramente sus fans conocen.

Por ejemplo, Jamaica se independizó en 1962, pero siguió siendo un enclave británico y la película la muestra en riesgo de una guerra civil. Entre 1976 y 1978, la situación se había vuelto insostenible y Marley decidió preparar un concierto de reconciliación, que tuvo resultados funestos: fue baleado en su propia casa junto a Rita, su esposa. Lograron escapar con vida, pero partieron en gira junto con su grupo: The Wailers.

En Londres fue acogido por los grupos punk y pudo volver a Jamaica como triunfador y pacificador. Sin embargo, falta un contexto que lo haga comprensible.

Uno de los pocos puntos claros de la película es la situación de Rita, que está cansada de viajar, actuar y criar a sus hijastros. Ni siquiera la inserción de números musicales aligera un relato que se vuelve monótono y previsible.

Hay un punto biográfico interesante que también está mal desarrollado: el del Rastafari. En efecto, Marley perteneció a ese movimiento filosófico y espiritual, que —con un increíble esfuerzo de sincretismo—, tiene influjos del panafricanismo, del mundo afroamericano, del hinduismo y de la tradición judeocristiana. Su mesías fue el emperador etíope Haile Selassie I, (conocido como Ra’s Tafari antes de tomar el poder), que se consideraba descendiente del rey Salomón y algunos lo consideran todavía como una encarnación de Dios en la Tierra.

Marley fue uno de esos políticos que se hacían notar por no adherir a una precisa línea política. Desde el punto de vista musical, resulta importante su contribución al desarrollo del reggae (no confundir con el reguetón portorriqueño), que tuvo su mayor difusión entre 1969 y 1983.

Creo que Reinaldo Marcus Green (Rey Richard: Una familia ganadora / King Richard, 2021), perdió la ocasión de dirigir una película que fuera más allá de ser una foto-recuerdo confeccionada por su público seguidor.

(Bob Marley: One Love. USA, 2024) 

TRAILER DEL FILM:
“BOB MARLEY: LA LEYENDA” 

PRODUCCIÓN:
Paramount Pictures

 

 

 

 

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