Un nuevo personaje demoníaco que se presenta apoyado por una gran publicidad y una crítica obsecuente. Forma parte del denominado “horror elevado”…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
La publicidad de esta película se ha centrado en la figura de Nicolas Cage, que no se dejó ver ni fotografiar durante un largo período para crear una expectativa acerca de su maquillaje, para transformarse en un nuevo personaje demoníaco que tal vez tenga secuelas.
Un flashback de formato reducido en blanco y negro, presenta al público el encuentro de una niñita rubia con un extraño individuo de quien no se ve el rostro.
Años más tarde, esa rubiecita es Lee Harker, una agente del FBI, que debe investigar una serie de masacres de grupos familiares. Éstos presentan características similares, pero no hay rastros de la acción directa de un asesino, sino más bien de la inducción al crimen. Deja, eso sí, una carta firmada “Longless”.
El papel de la protagonista está a cargo de Mika Monroe que, entre otros roles, ha cubierto el de la hija de Mark Felt en El informante (Mark Felt: The Man Who Brought Down the White House, de Peter Landesman, con Liam Neeson, 2017). Es un muy buen trabajo, considerando también que es muy difícil igualar a la Clarence Starling, de Jodie Foster en El silencio de los inocentes (The Silent of the Lambs, de Jonathan Demme, 1991).
Aquí no tiene el apoyo de un Hannibal Lecter, pero sí una gran intuición que la guía para resolver la retahíla de crímenes buscando sus características en común.
Esta película puede ser colocada en el nivel del discutible término de “horror elevado”, por su búsqueda en remecer miedos ocultos (o, incluso, ancestrales), que estremecen no tanto por lo que muestran, como por lo que sugieren.
Sólo algunos ejemplos: El cisne negro (Black Swan, de Darren Aronofsky, 2010 ); El legado del diablo (Hereditary, de Ari Aster, 2018); y El faro (The Lighthouse, de Robert Eggers, 2019).
También el director Oz (Osgood Perkins, 1974, hijo de Anthony, el mítico Norman Bates de Psicosis), había ya incursionado en el género con Gretel y Hansel (Gretel & Hansel, 2020), basado en el cuento del folklore alemán y editado por los hermanos Grimm. En ese relato, el terror es evidente y se contaba a las niñas y niños para manipularlos con el miedo.
Una cosa queda clara: el diablo nunca duerme, sirviéndose de seres demoníacos y de las debilidades humanas para cometer sus fechorías.
¡Y nadie está a salvo!
(Longlegs. USA, 2024).
TRAILER DEL FILM:
“LONGLEGS: COLECCIONISTA DE ALMAS”
PRODUCCIÓN:
FilmSelect Español
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