“TIERRAS PERDIDAS” — JOBLAR COMENTA ESTRENOS DE CINE

Distopía o ciencia ficción mezclada con magia negra y licantropía. Lo que podría haber sido un manjar cinematográfico delicioso, se transforma en un guiso insípido debido a un confuso mal manejo del relato. Para los admiradores de Milla Jovovich…

Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

El connubio entre relatos de George R. R. Martin (El trono de espadas), y el director Paul W. S. Anderson (Resident Evil), auguraba un entretenimiento de videogame y de mundo distópico con toques de horror, de zombies y de licántropos.

Sin embargo, la mezcla de los ingredientes y de los chefs no resulta sobre todo cuando se cocinan de manera equivocada o no se respetan los tiempos de cocción.

Se supone que el público entiende que se encuentra en el planeta Tierra devastado por una guerra que fue definitiva. La voz de Boyce (Dave Bautista), informa que el que está presentando no es un cuento de hadas feliz. En ese ambiente distópico, el orden se mantiene por la fuerza y quien la ejerce es —como ocurre en tiempos de caos—, el poder eclesiástico.

De hecho, la historia comienza cuando se está llevando a la horca a la bruja Gray Alys (Milla Jovovich), por orden de la Enforcer / Ejecutora (Arly Jover), como en los tiempos de la Inquisición. La hechicera, sin embargo, gracias a sus poderes, logra escapar y refugiarse en el escondite de una anciana ciega.

Mientras tanto, Boyce es emboscado en un túnel y se sirve de un bastón con una serpiente de dos cabezas como arma para salvarse.

Mientras continúa su camino hacia la capital del Reino, ubicada sobre una altísima montaña, la Reina (Amara Okereke), busca a Gray Alys acompañada por Jerais (Simon Lööf), jefe de la vigilancia e —invocando un acuerdo preexistente que le impide rechazar sus peticiones—, le exige traerle un hombre lobo para la luna llena de la semana siguiente. Sus intenciones son que Gray mate a la bestia para robarle su poder. Así podrá “ayudar a morir” al Señor Supremo, que está muy enfermo, para ocupar su puesto.

Pero Jerais quiere sabotear el intento de la Reina y, por su parte, Gray debe pedir ayuda a su antiguo amante, Boyce, para ir en busca del licántropo.

Si a este punto usted ha entendido poco, lo mismo me pasó; y el resto de la película no hizo más que enredar la madeja perdiendo la esperanza de encontrar una Ariadna que me sacara del problema.

El dúo parte hacia las Tierras Perdidas, encuentran a Mara (Deirdre Mullins), otra amante de Boyce, junto a Ross (Sebastian Stankiewicz), su actual pareja.

Mientras tanto, el Patriarca (Fraser James), ordena a la Ejecutora capturar a Grays y asesinarla.

Mejor me detengo aquí, no tanto por no hacer spoiler cuanto porque el que quiera entender el argumento tiene que ver la película.

Yo quiero sólo reflexionar un momento acerca del porqué ésta película fue realizada. Mi explicación —absolutamente falible—, es que se quiso aprovechar la figura de Milla Jovovich mientras resultaba posible. La ucraniana (nacida el 17 de diciembre de 1975), se hizo notar cuando tenía 16 años, en Regreso a la Laguna Azul (Return to the Blue Lagoon, de William A. Graham, 1991), y se hizo conocida definitivamente a los 22 años con El Quinto Elemento (The Fifth Element, de Luc Besson, 1997). Pero conoció a Paul William Scott Anderson, director de Mortal Kombat (1995) y Horizonte Final (Event Horizon, 1997), quien la hizo protagonista de Resident Evil (2002), basada en los homónimos videojuegos. Ella es Alice Abernathy, que lucha contra la Corporación Umbrella, dotada de especialistas en ingeniería genética. Ha protagonizado cinco películas más, que señalo por sus subtítulos: Apocalypsis (2004), Extinción (Extinction, 2007), Ultratumba (Afterlife, 2010), Venganza (Retribution, 2012) y El capítulo final (The Final Chapter, 2016).

Pero parece que, a los 50 años, ha decidido no aparecer más en portaligas aunque sigue usando pesadas armas.

Un caso paralelo, que me parece el caso de señalar, es el de Kate Beckinsale (nacida en Londres el 26 de julio de 1973), a quien su marido, Len Wiseman, la transformó en la vampira Selene de la franquicia Underworld y la dirigió en dos películas: Underworld (2003) y Evolution (2006).

Después han seguido La rebelión de los licántropos (Rise of the Lycans, de Patric Tatopoulos, 2009), El despertar (Awakening, de Måns Mårlind BJörn Stein, 2012) y Guerras de sangre (Blood Wars, de Anna Foerster, 2016).

Y, al parecer, aún queda hilo en la carretilla. 

TRÁILER DEL FILM:
“Tierras Perdidas”

In the Lost Lands
Alemania
Canadá
USA
Año: 2025

 

 

 

 

 

 

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