Un espectáculo de alta calidad, que busca entretener más que educar con guiños a otras famosas películas del género. Más cercana al cuento de Hoffmann que otras adaptaciones…
Por JOBLAR
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Hay obras literarias que se conocen más por sus adaptaciones que por sus originales. Para mí, Cascanueces era la música de Tchaikovsky que escuché en Fantasía, de Walt Disney (1940), y que se me quedó grabada para siempre.
La puesta en escena como ballet no hizo más que reafirmar un relato, que no corresponde realmente al que escribió Ernest Theodor Amadeus Hoffmann, en 1816, con el título de El cascanueces y el rey de los ratones (Nussknacker und Mausekönig). De partida, el compositor ruso y los coreógrafos Marius Petipa y Lev Ivanov manejaron la adaptación de Alejandro Dumas, alejándose aún del texto del narrador alemán.
En la noche de Navidad, una jovencita recibe de regalo un cascanueces que cobra vida y que la defiende para derrotar al Rey Ratón en una dura batalla, llevándola a un reino mágico poblado de muñecos. Ése es el núcleo de todo el argumento: el resto es accesorio cinematográfico.
La película —dirigida por el sueco Lasse Hallström (Chocolat, 2000) y un agregado de Joe Johnston, que estaba preparando un nuevo capítulo de las Crónicas de Narnia— plantea la historia desde la perspectiva de Alicia en el país de las maravillas, pero no la Disney (1951), sino la de Tim Burton (2010) y debe también bastante a El mago de Oz (The Wizard of Oz, de Victor Fleming, 1939).
Este último, debido a los reinos en litigio que son cuatro, como anuncia el título: de los Dulces (con Keira Knightley, como el Hada de Azúcar), el de las Nieves (con Richard E. Grant, como el Rey Gélido), de las Flores (con Eugenio Derbez, como el Rey Espino) y de la Diversión (con Helen Mirren, como la Reina Jengibre).
Clara Stahlbaum (Mackenzie Foy), la protagonista, llega al mundo encantado de los cuatro reinos persiguiendo a un ratón que le robó una llave que le dejó su madre. Allí encuentra al cascanueces transformado en un capitán afro (Jayden Fowora-Knight), como lo es también su padrino Drosselmeyer (Morgan Freeman). Se entera que es una princesa y que su difunta madre era una reina influyente en ese mundo paralelo.
La aventura tiene sorpresas, traiciones y vueltas de tuerca. Además, abre la puerta para meditar acerca de las fuerzas que mueven la realidad: una es física, mecánica; la otra psicológica y se basa en el coraje para enfrentar la vida cuando se presenta con dificultades.
Pero, por sobre todo, la película es un espectáculo que se puede disfrutar de principio a fin. De ello se encarga la escenografía, el vestuario, los peinados, la música y la danza.
(The Nutcracker and the Four Realms. USA, 2018)
TRAILER DEL FILM:
“EL CASCANUECES Y LOS CUATRO REINOS”
PRODUCCIÓN:
Disney España
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