Ciertamente
el mundo ha perdido, con tantas imágenes brutales,
la capacidad de asombro. La guerra hoy no es un concepto
lejano, algo que ocurre en tierras remotas e ignotas.
Resulta
cruel decirlo, pero por desgracia la guerra hoy la
tenemos presente en el living de nuestros hogares,
a toda hora, al levantarnos y al acostarnos para disponernos
a un necesario y reparador sueño.
SUEÑOS
TRUNCADOS
Pero
nuestro sueño hoy ya no puede ser el mismo,
como consecuencia de tantas imágenes de violencia,
sangre y destrucción al alcance de la mano...
¡con sólo encender el televisor!
¿Cómo
hacerle entender a las nuevas generaciones, a los
millones y millones de niños del mundo, el
por qué de una nefasta guerra como la que vemos
a diario en nuestra TV?
¿Quién
se responsabiliza de los llamados “daños
colaterales” de esta guerra que ha arrasado
con cientos de víctimas inocentes, especialmente
mujeres y niños?
¿Quién
se responsabiliza de los efectos psicológicos,
de los miedos y temores originados en millones de
niños en todo el mundo, al presenciar tan horribles
imágenes de violencia a través de la
televisión?
Hemos
visto, por desgracia, y en nuestros propios hogares,
cómo la humanidad parece haber retornado a
la época de la barbarie. Los bombardeos indiscriminados
de esta guerra sucia ocasionarán no sólo
una secuela inmediata de dolor, sino una prolongada
odiosidad que en lugar de paz se traducirá
en mayor violencia aún.
Y
todo ello, desde el living de nuestros hogares, a
través de la televisión... ¡Qué
pena que la humanidad haya retornado a los mejores
tiempos de la barbarie!
Y
quien lo niegue, ahí están las crudas
imágenes de la TV...